Se multiplican los factores de cambio democrático. Crece la lucha en el oficialismo. El gobierno no da más. Hablan de renuncia. Hay que poner la unidad de todos en el centro. ¿Es tan difícil entenderlo? Américo Martín.
Es una buena pregunta: ¿Qué hacer? frente a un régimen destructor, frente a este cataclismo de socialismo corrompido. ¿Qué hacer para que se vayan? Para que abandonen el palacio de Miraflores convertido en una guarida de negociaciones obscenas.
Esta interesante pregunta aparentemente elemental, surgió de una invitación del Observatorio Venezolano de las Autonomías que coordina el profesor Nelson Acosta Espinoza. Reunión con el propósito de tratar el punto de la coyuntura política y su desarrollo en el futuro cercano; además de las fachadas tácticas y estratégicas.
Ahora, el caso es que lo que hay que hacer todo lo sabemos. ¿Pero cómo reflotar del estiércol en el que estamos sumidos por culpa de un régimen que nunca le ha importado el país, solo el modo de acomodarse? Ellos poco se han interesado honestamente en la política, sino en la manera de echarle mano al botín de la nación y enviarlo a buen “resguardo” en algún país extranjero. Tanto es así, que de un tiempo para acá he pensado que aquellos atracos perpetrados contra las agencias bancarias con el pretexto de financiar a su compañeros que estaban en las guerrillas allá por los años sesenta, fueron utilizados por esos sujetos para darse la dolce vita mientras a sus compañeros se los comían los zancudos o caían bajo el fuego de las metrallas.
Luego, lo que hay que hacer es ejecutar, llevar a cabo lo que todos sabemos debe hacerse. Pienso que aquí está el quid del asunto. Sin embargo, no está de más este ejercicio con vista en que la política se mueve, y por tanto es natural que se agreguen nuevos elementos que pasen a formar parte de ese recetario de hechos y cosas urgidas de hacer.
De seguida anoto algunos elementos aunque casi todos estemos al tanto, la ventura es que las coincidencias son generalmente buenas, ellas, las coincidencias, nos repiten cual es el camino correcto para llegar a un feliz final en esta odisea.
1) Una máxima: así como no se puede hacer el techo de la casa primero y luego las columnas y posteriormente las bases, el triunfo no se puede construir sustentado en zancadillas, en las diferencias, sino con base a la unidad. Si esta no existe lo demás será inoficioso.
2) Hay que acelerar el paso para que el Frente Amplio Nacional y los regionales tomen la batuta de las fuerzas democráticas. Preocupa que después del acto del aula Magna de la UCV nada se haya hecho, ni siquiera fútil.
3) La vocería del Frente Amplio donde están integrados los partidos políticos, piezas fundamentales de ese engranaje, debe estar en boca de los líderes de la sociedad civil. Llegará el momento en que los políticos se encarguen de lo suyo y los ciudadanos a sus funciones.
4) Importante considerar los reclamos que consuetudinariamente hace la población sobre los programas opositores para los días antes del 20 de mayo y posterior a esta fecha.
5) También es importante buscar la fórmula para abrir canales de comunicación con la Fuerza Armada Nacional. Para logar ese acercamiento es necesario dejar de lado el lenguaje indómito y las acusaciones circulares.
5) Hay que mejorar extensamente las comunicaciones con los ciudadanos, un discurso que enamore, que conmueva. Igual, presentar una oferta bandera de tanta fuerza que se transforme en la consigna de lucha de la oposición.
6) Dentro de la estrategia es importante regionalizar la oposición a los gobiernos regionales. No todo de ver estar en función de la política nacional, hasta en esto hay que descentralizar.
