El activista de los Derechos Humanos (DDHH), Rafael Narváez emplazó al recién designado vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, a tomar acciones para frenar la violencia en el país. Le recordó que el 2016 cerró con 28 mil homicidios, cifra que convirtió a Venezuela “en una enorme funeraria en capilla ardiente”.
A su juicio, Tareck El Aissami, como criminólogo de profesión debería apoyarse en sus conocimientos para enfrentar el delito en todas sus formas. “Tareck puede hacer un esfuerzo para corregir este entuerto y hacerle ver al Presidente de la República que los militares han demostrado poca efectividad para combatir la delincuencia a nivel nacional. Es hora de devolverle la seguridad ciudadana al cuerpo civil, tal como lo establece la Ley”.
Narváez criticó que los 23 planes de seguridad implementados por el Gobierno socialista fracasaran. Los militares deben regresar a sus cuarteles porque no están preparados para afrontar una política criminal, y mucho menos para prevenir el delito, sentenció. También invitó al presidente Nicolás Maduro a reflexionar para evitar que más venezolanos sean víctimas del hampa.
El año pasado la delincuencia acabó con la vida de unos 127 funcionarios policiales y militares, y alrededor de 147 mujeres. Hasta ahora las instituciones del Estado no se han pronunciado. Caracas, sede de los poderes públicos, obtuvo el record de 5.741 muertes violentas, recordó.
El defensor de los DDHH instó al jefe de Estado a indemnizar a los familiares de quienes han muerto en manos del hampa. “El Estado está en la obligación de aplicar el artículo 43 de la Constitución Nacional que tiene que ver con el derecho a la vida”.