Rafael Simón Jiménez
Rafael Simón Jiménez, es historiador, docente universitario, analista político y exparlamentario. Foto: Archivo

Rafael Simón Jiménez: Ninguna fecha es de mayor significación y trascendencia en nuestra historia republicana, que la del 23 de Enero de 1958, la cual marco no solo la liquidación de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, sino un antes y un después; un auténtico parteaguas entre el caudillismo, el militarismo y el despotismo, que con breves interregnos había marcado nuestro devenir desde la fundación de Venezuela como país independiente en 1830; y el renacer de la legitima aspiración colectiva de vivir en democracia, libertad, civismo y convivencia.

Con estas reflexiones inició el historiador, docente universitario, analista político, exparlamentario y exrector del Consejo Nacional Electoral, su análisis para El Universal, sobre la importancia del acontecimiento que este domingo arriba a los 64 años, cuando una rebelión popular con el apoyo militar logró derrotar a la dictadura que se prolongó por espacio, del año 1953 al 1958.

Jiménez se remonta al 1935, año de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, momento en el que según explica, mientras el mundo acudía en lo político, social y tecnológico a una época de grandes avances, Venezuela agonizaba bajo la bota tiránica, que nos hundía en el atraso y el despotismo, impidiendo cualquier vestigio de debate u organización política, sometida a la autoridad arbitraria del tirano.

Variados proyectos políticos e ideologías

Refiere los subsiguientes, como los años cuando comienzan a conformarse en el país variados proyectos políticos e ideologías, aprovechando el marco de libertades que ofrecía el sucesor en el poder, el general Eleazar López Contreras, y seguida por otro general, Isaías Medina Angarita; hasta que el golpe militar del 18 de octubre de 1945, perpetrado por el partido Acción Democrática, con el apoyo de un sector de las fuerzas armadas encabezado por Pérez Jiménez y Julio César Vargas, bajo la “supuesta justificación política de la negativa de Medina de acceder a consagrar el voto universal, directo y secreto para la elección de todos los cargos representativos”.

El historiador describe aquel momento, como el inicio de un “proceso controversial, donde junto a lo positivo de abrir las compuertas de la participación popular mediante el ejercicio del sufragio como expresión de soberanía , marcan el inicio de una dinámica marcada por la pretensión hegemónica, sectaria y excluyente de Acción Democrática, partido de Rómulo Betancourt (…) atropellaba a todas las expresiones disidentes, incluso a quienes como Rafael Caldera y su fracción social cristiana, habían compartido la celebración del golpe contra el general Medina Angarita”.

Tal alianza político-militar, “tuvo su epilogo trágico el 24 de Noviembre de 1948, cuando el golpe militar más anunciado, orgánico e incruento puso fin al mandato de solo 9 meses del ilustre novelista don Rómulo Gallegos, quien a pesar de su efímero ejercicio, pasara a la historia como el Primer Presidente de la República electo por voto popular”, relata Jiménez.

“Una etapa de barbarie»

Cita seguidamente lo ocurrido posteriormente, con el inicio de lo que califica como “una etapa de barbarie, represión y predominio militar de un decenio, que tendrá protagonismo institucional en la Junta Militar Presidida por el Comandante Carlos Delgado Chalbaud (1948-1950) la Junta de Gobierno, presidida por German Suarez Flamerich (1950 -1952) y finalmente la dictadura unipersonal de Marcos Pérez Jiménez (1953 -1958)”.

Fue necesario que transcurrieran nueve años de gobierno militar, con todas sus implicaciones de terror, represión y abolición de todo vestigio de libertad, para que los partidos políticos, sus líderes e igualmente las elites empresariales y religiosas, cobraran conciencia sobre la necesidad de nuclearse en un solo frente y converger en una sola estrategia para poder tener oportunidad de derrocar a la dictadura, agregó Rafael Simón Jiménez en su resumida historia de los hechos puntuales transcurridos en los años previos al derrocamiento de Pérez Jiménez.

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