El último patriarca de Cuba. (AFP)

Cuando su familia ha ocupado el poder en Cuba durante 59 años puede parecer una burla el anuncio de Raúl Castro, el pasado 21 de diciembre en el Parlamento, de aplazar solo dos meses su retirada de la presidencia. Aunque a sus 86 años, Castro continuará al frente del partido único. El motivo oficial alegado es que el devastador paso del huracán Irma ha obligado a retrasar el proceso político que supuestamente concluirá con la entrega del poder oficial a Miguel Díaz Canel (57 años).

Observadores dentro y fuera de la isla, sin embargo, apuntan entre las causas reales a una pugna entre dos facciones del castrismo, la inmovilista frente aperturista, aunque sea solo en el terreno económico. El activista de derechos humanos Elizardo Sánchez sostiene que «en los últimos meses se ha hecho más evidente ese contraste» entre los dos bandos. Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, precisa además que «puede haber una pugna por el poder dentro de la cúpula dirigente, entre una facción que apoya al primer vicepresidente, Miguel Díaz Canel, y otra que favorece al coronel Alejandro Castro Espín, como sucesores de Raúl Castro».

Los analistas destacan también que el 24 de febrero -la fecha descartada- coincide con el comienzo de la guerra de la independencia frente a España (el llamado Grito de Baire de 1895), mientras que el 19 de abril -la fecha escogida- se conmemora el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos que EE.UU. apoyó en 1961. Todo un gesto hacia un hostil Donald Trump, quien el año pasado dio un giro a la política de apertura hacia Cuba de su antecesor Barack Obama. El cambio de fecha es «a tono con el nuevo desencuentro con Estados Unidos y, sobre todo, para enmascarar la imperiosa necesidad de tiempo con una propaganda nada convincente», escribe la periodista independiente Miriam Leiva.

Alargar la partida

También Duany cree que «es probable que Castro esté tratando de alargar su partida para garantizar una transición política más segura frente a circunstancias adversas, como el estancamiento económico, la pérdida de gran parte de los suministros petroleros y otros beneficios económicos de Venezuela, y el deterioro de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos».

«El argumento de que se van a ocupar de las secuelas del huracán es una broma. Dos meses más o menos no significan nada, como tampoco lo significa la salida de Raúl. El tema fundamental es que la familia Castro va a continuar manejando los hilos del poder en Cuba», remata Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Con información de ABC de España




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.