Como cada Domingo de Pascua de Resurrección, este 9 de abril se realizó la tradicional Bendición del Mar en el Malecón de Puerto Cabello, en una ceremonia en la que monseñor Saúl Figueroa Albornoz exhortó a todos los venezolanos a contribuir juntos para salvar al país.
Bajo el cielo nublado y ante un nutrido grupo de fieles católicos, el obispo de Puerto Cabello expresó que “no podemos ocultar la gran crisis que sufre el país desde hace algunos años”, sin embargo, dijo que la resurrección de Cristo a la respuesta a la existencia de la humanidad y la solución a cada día y a lo que necesita Venezuela.
Pidió poner toda la confianza en Jesús, para vivir con amor, alegría, paz y paciencia. “Tenemos que hacer un gran concierto de entendimiento… Tenemos que buscar soluciones todos juntos, todos tenemos que contribuir. Venezuela está en urgencia y, todos y cada uno tenemos que dejar nuestras ideologías políticas a un lado porque lo importante es salvar al país, combatirla pobreza, tener una sociedad justa”.
Figueroa hizo un exhorto a poner los corazones, mentes y la inteligencia para contribuir con la estabilidad del país.
“Sé que es un momento difícil… Hay problemas personales, de salud, económicos, políticos. ¿Quién no tiene problemas, angustias, enfermedades..?”.
Por el mar de Puerto Cabello
Poco antes de las 8:00 a.m. inició la misa de la Bendición del Mar con la interpretación musical de la Banda Sinfónica "24 de Junio", bajo la batuta de su directora Ligdian Mata.
Monseñor Saúl Figueroa Albornoz, recalcó que la Semana Mayor y en particular el Domingo de Resurrección y la Bendición del Mar, reflejan tiempo de amor y reflexión, que recuerda la muerte y resurrección de Jesús, “resurrección de nosotros mismos y de nuestra fe en Dios"
Pescadores de Puerto Cabello estuvieron presentes y monseñor pidió a Dios por ellos y para que toda la flora y la fauna del mar se siga reproduciendo.
“Pedimos por todos los hombres y mujeres que viven del mar, por la subsistencia de los pescadores en nombre de su Virgen del Valle”.
También hizo una mención especial por las empresas publicas y privadas “que están un momento amargo, para que sus planes y proyectos se consoliden"… Pidió por el puerto, las aduanas, navieras, almacenadoras y transportistas, para que haya un concierto y coordinación y no exista competencia desleal, "porque todos tenemos derecho a vivir del mar”.
Los lancheros, pescadores y remolcadores rodearon la gabarra, desde donde tradicionalmente se ofrece la misa, con sus embarcaciones para recibir la bendición y, al finalizar la liturgia, hicieron sonar simultáneamente las sirenas mientras desde el cielo, gracias al apoyo de un helicóptero de la Armada, cayeron pétalos de rosas para realzar este especial momento.
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Al concluir la ceremonia, un grupo de jóvenes integrantes de la Pastoral juvenil de la Diócesis de Puerto Cabello, bajo la dirección del padre José Antonio Orellana, ofrecieron a los asistentes una dramatización de la crucifixión y resurrección de Cristo, con un mensaje de hermandad y paz.
Un acto de fe
A la Bendición del Mar asistió el gobernador Rafael Lacava, junto a su esposa y parte de su gabinete ejecutivo, además del alcalde de Puerto Cabello, Juan Carlos Betancourt.
En nota de prensa de la secretaría de Comunicación e Información de la Gobernación se reseña que el mandatario regional expresó que pide “en nombre de nuestro pueblo, de mi familia, del alcalde, de todos los porteños, todos los carabobeños y de todos los venezolanos, que la bendición de Cristo en esta pascua bendita caiga sobre cada uno de los hogares de estas tierras y que cada uno de los proyectos puedan materializarse en un año que, seguro estoy, marcará esta gran recuperación del país".
Recalcó que como hombre de fe "así se lo pido a Cristo y se lo pido a Dios todos los días, así estoy seguro que va a suceder y está Bendición del Mar nos ha impregnado de esa buena vibra y de esa buena fe que nos mueve a todos".
Agradeció a la alcaldía, a la iglesia y a la Diócesis de Puerto Cabello, en particular a monseñor Saúl Figueroa Albornoz, así como a la feligresía porteña, por ofrecer, un año más, esta hermosa tradición para todos los carabobeños “que este Domingo de Resurrección les dé a todos los venezolanos la paz anhelada”.