Tras haber aguantado cuatro días con dificultades, la tregua en Siria parecía el martes vacilar después de que una parte de los rebeldes congelara su participación en los preparativos de las negociaciones de paz acusando al régimen de violar el alto el fuego.
La decisión de una decena de grupos rebeldes amenaza el proceso que debe comenzar a fines de enero en Astana, impulsado por Moscú y Teherán, apoyos del régimen, y Ankara, sostén de los rebeldes.
En un comunicado publicado el lunes por la noche, estos grupos rebeldes acusan al régimen de Bashar al Asad de quebrantar el alto el fuego, en vigor desde el 30 de diciembre.
«Estas violaciones continúan. Los bandos rebeldes anuncian la suspensión de cualquier discusión relacionada con las negociaciones de Astana», indicaron.
Los rebeldes afirman haber respetado el cese del fuego en todo el territorio sirio pero el régimen y sus aliados no paran de disparar y realizaron importantes y frecuentes violaciones en especial en las regiones (rebeldes) de Wadi Barada y Guta oriental, ambas situadas en la provincia de Damasco.
Entre los grupos que firmaron el texto figuran los rebeldes islamistas Jaij al Islam y Faylaq al Rahman, presentes en Damasco, así como el grupo Sultan Murad, apoyado por Turquía, y Jaij al Ezza, activo en la provincia de Hama (centro).