Castro Piñango, un recluso de 45 años, murió tras recibir presuntamente un golpe contundente en el Centro Penitenciario de Formación del Hombre Nuevo “El Libertador”, ubicado en Tocuyito.
No se sabe con exactitud cómo fue el hecho, pero su hermana, Morella Piñango, tenía tiempo sin conversar con él, por lo que decidió llamar al penal para saber de su hermano, pero quien le contestó le dijo que estaba en la sala de enfermería, explicó Nataly Piñango, prima del occiso.
Piñango detalló que 10 minutos después de la primera llamada, su prima volvió a insistir para saber con mayor precisión sobre el estado de salud de su hermano, pero la respuesta que recibió fue «señora él está muerto».
La víctima habría sido trasladada a emergencias de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) por presentar un trauma shock, según comentó la prima, y la única información que maneja es que su primo falleció a las 2:12 p.m.
La información que recibieron los familiares del occiso es que «se cayó y murió», pero ellos aseguran que Castro Piñango fue golpeado contra el piso. «Una caída no es capaz de hacer un daño tan grande, creemos que fue un golpe contra el piso durante un forcejeo».
Castro Piñango estaba recluido desde hace 8 meses y se encontraba refugiado con el grupo de cristianos. En tres meses aproximadamente iba a salir en libertad por buena conducta, y de acuerdo a las declaraciones de sus familiares, ya estaba en proceso el papeleo. «Él no era mala persona, incluso estaba preso porque lo implicaron en un robo de cabillas en Fuerte Tiuna. Mi primo se confió que la mercancía que tenía el camión poseía factura, pero lo detuvieron porque se trataba de una mercancía robada», indicó Piñango.
Castro Piñango se ganaba la vida como chofer de transporte público antes de ser detenido. No tenía esposa ni hijos.
