Los 59 partidos políticos que  deben renovar su documentación ante el CNE los fines de semana correspondientes entre el 18 de febrero y 23 de abril, en 390 máquinas ubicadas a nivel nacional han visto grandes obstáculos para poder cumplir con esta exigencia a destiempo del CNE. Las 10 mil rúbricas que le quitaron a Voluntad Popular, por ejemplo, el fin de semana del 10 y 11 de marzo cuando su militancia acudió masivamente para renovar el partido, conforma una emboscada para hacer desaparecer a esa organización política  liderado por Leopoldo López. Pareciese que fuese a propósito para desmotivar por completo a los militantes de los demás partidos políticos a no asistir a la renovación de su respectiva tolda, cuando este establecido en el cronograma, e igualmente, la población a votar cuando se convoquen a las próximas elecciones y con el fin de desmembrar a la Unidad Democrática y garantizarle al PSUV unas elecciones a la medida del gobierno.

Por los vientos que suenan, el oficialismo quiere mantener su hegemonía en las 20 de las 23 gobernaciones donde actualmente mandan, así como en las 242 de los 335 municipios del país, cuyos alcaldes son del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, aunque la gestión de Nicolás Maduro la rechaza ocho de cada 10 venezolanos. Y el presidente conoce los resultados de esa encuesta de Datanalisis, razón por la cual, el CNE obliga a los partidos políticos renovarse en un abrir y cerrar de ojos para su legitimación electoral, mediante la recaudación de firmas equivalentes al 0,5 del padrón electoral en 12 estados en un máximo de dos días o 14 horas por aquellas organizaciones políticas que no participaron en las dos últimas elecciones políticas o no obtuvieron el uno por ciento de los sufragios. La meta de rubricas y demás documentación exigida hoy por el organismo comicial para renovar los partidos políticos se hará cuesta arriba para los organizaciones pequeñas. Analistas en materia electoral aseguran que no lo lograran y, por ende, saldrán del ruedo político y la participación democrática se restringirá aún más. Tras la recolección de las firmas hay un lapso para las impugnaciones, igual al habido durante el proceso de recolección de firmas para el revocatorio, lo cual implica que se podrían anular  los partidos grandes de la MUD que le hacen prurito al gobierno y son como una piedra en el zapato para lograr sus aspiraciones ideológicas y de poder absoluto. Esta es una posibilidad, dado que el diputado Diosdado Cabello afirmó que la MUD hizo fraude a la nación y eso la deja fuera automáticamente.

Posición nada extraña de un hombre que no cree en la democracia de partidos ni en la democracia como sistema de gobierno. Luis Salamanca perfila que habrá elecciones sin la mayoría de los partidos de la MUD y sin disidencia del chavismo, mientras Juan Barreto, ex alcalde del municipio Libertador cree que eliminar los partidos políticos de un plumazo niega la pluralidad y elimina la participación electoral. Se acaba la democracia.

Otro escenario que se maneja es la renovación de algunos partidos opositores, pero la ilegalización de la MUD para barrerla del campo electoral e impedir que gane cualquier elección que se hiciese, como está establecido pase frente a las nefastas políticas del gobierno. De esa manera se quebraría el respaldo que tuvo la coalición opositora en las parlamentarias de 2015.

Ante ese panorama, el politólogo  Jhon Magdaleno advierte que aunque el gobierno busca una competencia cada vez más asimétrica, algunos partidos superaran las dificultades. Por eso, el gobierno busca lograr nuevamente el diálogo a la oposición para ganar tiempo y armar otras leyendas a su favor.

Esta medida del CNE pone en jaque a la democracia y representantes de varios países conocen las amenazas que tiene la democracia venezolana con el secuestro al voto hecho, primeramente, con la liquidación del referendo revocatorio y ahora con la dilatación de los comicios regionales, más las pretensiones del CNE eliminar los partidos políticos menos votados en las parlamentarias que fueron las últimas elecciones dadas en el país y podrían convertirse en las comicios electorales que cierren ese derecho constitucional en Venezuela si el régimen de Nicolás Maduro sigue con el miedo de medirse electoralmente. Hasta  partidos del Gran Patriótico podrían desaparecer, como Patria para Todos, Redes y Partido Comunista de Venezuela, el cual es legendario y su participación electoral siempre fue respetada durante los gobiernos firmantes del Pacto de Punto Fijo.

Situación que enciende aún más el ánimo de la gente los sobre los representantes de los partidos que se sienten amenazados de una muerte brutal a causa de las intransigencias del CNE. Por eso, diputados ahora no solo protestan frente al CNE para salvar su organización política y exigir elecciones, sino que también lo hacen frente a la Defensoría del Pueblo, a la Fiscalía General de la República y al Tribunal Supremo de Justicia, porque el TSJ es el encargado de cumplir a ciegas los mandatos del máximo jefe del Poder Ejecutivo sin medir las consecuencias negativas que pueda acarrear cada una de sus medidas. Lo cierto es que esas exigencias del CNE vulneran el principio de igualdad y beneficia únicamente a los grandes partidos, bien sea del oficialismo o de la oposición, con la salvedad de que al parecer solo pretende amparar al PSUV y descabezar a la MUD.

 




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