El IMA contactó a José Sandoval de la organización Mapache Ecoaventura para la atención del rapaz. Su estado de salud era crítico, presentaba infección respiratoria e intestinal y los signos vitales estaban muy débiles. Síntomas presuntamente causados por la ingesta de peces contaminados con cianobacterias (algas verde-azules, presentes en aguas dulces, saladas, salobres y zonas de mezcla de estuarios) que producen cianotoxinas.
“En el caso de este ejemplar, este tipo de infecciones nos preocupan mucho porque es bastante probable que su estado de salud sea producto de la contaminación del lago. Es decir, de la cianotoxina que deriva del verdín que se encuentra en el lago, conocidas como algas cianófitas”, precisó Sandoval.
El verdín es una bacteria que se reproduce por altos niveles de fósforo y nitrógeno, proveniente de los desechos orgánicos que desembocan en el lago como depósito final, por ejemplo las cañadas. También contribuyen los desechos de la agroindustria.
Sandoval explicó que esta bacteria se pega en las agallas de los peces y terminan asfixiándolos. En otros casos, la pueden llegar a consumir.
Algunos se hacen tolerantes a ella y otros no. Por eso sospechamos que sea la contaminación del lago que pone a las aves en estas condiciones. Incluso se ven más peces flotando muertos de lo que normalmente se veían″, alertó.
Cuarto rescate en el Zulia
Esta no es la primera vez que el equipo de conservacionistas de la fauna salvaje tiene el reto de salvar un águila pescadora. En lo que va de pandemia, cuatro ejemplares similares han sido rescatadas, pero solo una pudo ser liberada.
La primera llegó en muy mal estado, reveló Sandoval. Lograron conseguirla dos días después que un fuego artificial la tumbara de una torre el 31 de diciembre de 2020. Herwin, como llamaron al ave, fue el primero en ser liberado a inicios de 2021 tras ser rehabilitado.
A mediados de año llegaron dos águilas pescadoras más, una desde Los Puertos de Altagracia que murió el primer día, y otra auxiliada por la Guardia Nacional Bolivariana, que también falleció.
El ave, rescatada el pasado 12 de noviembre, ya está fuera de peligro. Así lo determinó el grupo de veterinarios que la atiende, pero aún falta para completar su recuperación. Por lo tanto este sería el segundo ejemplar de águila pescadora que logran rehabilitar en el occidente del país. Solo se tiene registro de otro caso en el estado Sucre.
Le damos mucha importancia porque es un ave migratoria única en su especie. A diferencia de las demás águilas, esta tiene la plasticidad necesaria para sumergirse en el agua y tomar su presa con las garras. Es un ave muy fuerte que suele huir del contacto humano. Para nosotros, hacer este trabajo con el águila pescadora es de mucho orgullo, porque en Venezuela se han salvado pocas″, explicó el especialista en fauna silvestre.
Mapache Ecoaventura espera, si todo sale como está previsto y el águila continúa su evolución satisfactoria, hacer su liberación en la Vereda del Lago en diciembre próximo.
El 22 de noviembre iniciaremos la rehabilitación de las alas, serán varias sesiones de vuelo al aire libre con una línea guía para irla fortaleciendo. En cuanto esté lista ponemos fecha de liberación″, precisó.
Aves migratorias corren peligro
Las aves migratorias que tienen como sitio de estancia el Lago de Maracaibo durante su migración, son dos especies de patos, 20 especies de aves playeras y 19 de gaviotas.
«Toda la fauna sufre con la contaminación del lago. Quizá algunos residentes hacen un poco de resistencia, pero a la larga terminan vencidos por las cianotoxinas. En el caso de las migratorias es peor, porque se encuentran de golpe con esta situación», dijo Sandoval.
Según las investigaciones realizadas por el grupo de especialistas, el ave pertenece a la población que nidifica (hacer nido para vivir y reproducirse) en Florida, Estados Unidos y que llegan al sur huyendo del invierno desde octubre hasta febrero.
Todos los años vienen. Ellas tienen un comportamiento muy peculiar y es que en su primer año de vida los machos son los primeros en emigrar y al mes y medio salen las hembras″, dijo.
Sin embargo, este periodo las pone en peligro debido a los fuegos artificiales. Especialmente en los bosques de manglar del lago de Maracaibo, donde es su punto de llegada a la ciudad. Sandoval explicó que a pesar de este riesgo, deben liberarla apenas esté recuperada porque son especies que no se adaptan al cautiverio, al contrario suelen morir del estrés que les causa, se deprimen y dejan de comer.
Tenerla más tiempo, guardarla durante el mes de diciembre para cuidarla de la exposición a los fuegos artificiales sería un riesgo porque se deprimiría. Si eso pasa, no la vamos a poder recuperar. Realmente tenemos que ponerle voluntad porque corremos el riesgo de que se nos muera en las manos o que escoja la torre equivocada y le explote algo cerca», sentenció.
Hasta el momento no han podido determinar el sexo del animal debido a que es una especie joven y aun no muestra en su plumaje características de dimorfismo. El águila pescadora puede alcanzar los 25 años de vida en vida salvaje.
