La producción de petróleo de Venezuela cayó en junio al nivel más bajo en casi ocho décadas, según datos entregados el martes por la OPEP, en momentos en que las sanciones de Estados Unidos a PDVSA afectan las exportaciones.
El bombeo en junio fue de 393.000 barriles por día (bpd), bajo los 573.000 bpd del mes previo y 52% por debajo del promedio de 821.000 bpd del primer trimestre. El dato de junio revela que el total mensual fue el menor desde febrero de 1943, cuando la naciente industria petrolera de Venezuela produjo 353.000 bpd.
La caída de las exportaciones a un mínimo de 77 años de 379.000 bpd en junio ha sido consecuencia de las crecientes sanciones estadounidenses que buscan sacar del poder al presidente Nicolás Maduro. Por las menores ventas externas, los tanques de almacenamiento están casi llenos, obligando a PDVSA a reducir la producción porque no tendría dónde guardar crudo.
Al 9 de julio había 9 millones de barriles de crudo Merey 16 almacenados en la terminal petrolera de José, y solo 800.000 barriles de espacio disponible, mostró un documento interno de PDVSA.
Ni PDVSA ni el Ministerio de Petróleo de Venezuela respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro culpa a las sanciones de Estados por la caída de la producción, pero desde 2016, antes de que Washington impusiera medidas, se registra el declive por años de desinversión y mala gestión.
Hay indicios de que el colapso continúa. La división Furrial de PDVSA al este de Venezuela, que bombeaba 50.000 bpd a principios de este año, produjo 17.800 bpd el domingo, según un informe interno. El documento mostró que la empresa cerró más de 60 pozos en varios campos de petróleo liviano del Furrial debido a los “altos inventarios”.
La división occidental de PDVSA produjo 97.000 barriles el domingo, por debajo de los 200.000 bpd de marzo, de acuerdo con otro documento. Y por primera vez desde al menos 1995, no había plataformas de perforación activas para la extracción de petróleo en Venezuela, mostraron datos del proveedor de servicios petroleros Baker Hughes en junio