La española Garbiñe Muguruza (N.4), vigente campeona de Roland Garros, dio un paso al frente este viernes ante la kazaja Yulia Putintseva (29ª WTA), a la que ganó 7-5 y 6-2 para alcanzar los octavos de final.
Muguruza jugará en octavos con la ganadora del duelo entre la francesa Kristina Mladenovic (N.13) y la estadounidense Shelby Rogers.
«Con Shelby jugué aquí en cuartos el año pasado y fue difícil, tuve punto de set en contra. Aquí juega muy bien. Mladenovic es muy talentosa, tiene confianza y está en casa, pero eso puede ser un arma de doble filo, como me pasa a mí», señaló.
En la Philippe Chatrier, con la derecha afinada y buena movilidad, Muguruza encontró el camino en una hora y 40 minutos ante una jugadora de corte defensivo y anárquica, que perdió los nervios en varias ocasiones ante la potencia de la caraqueña.
«Es una jugadora más defensiva, por lo que sabía que tenía que hacer mi juego; ser agresiva, tener el control, no tener miedo e ir hacia adelante. Y me ha funcionado», señaló Muguruza en rueda de prensa.
En la primera manga ambas jugadoras intercambiaron roturas pero Muguruza aceleró y consiguió la definitiva (4 por 3 de Putintseva) cuando el partido estaba empatado 5-5.
La española sumó 14 ganadores (26 en total) en este primer parcial en el que también demostró que está en una excelente forma física, respondiendo a los intercambios de su rival con gran movilidad lateral.
Tras situarse 3-0 a favor en la segunda manga, Putintseva, cuartofinalista el año pasado, reaccionó (3-2), pero entonces la española recuperó la firmeza y sumó tres juegos seguidos para cerrar el partido.
Muguruza, que descartó cualquier problema físico tras retirarse en Roma por un problema en el cuello, señaló que solo tiene «la tensión y el cansancio normal tras tres partidos».
«Siempre tienes presión cuando te ves con opción de ganar el torneo. En el primer partido estaba más nerviosa, pero la presión siempre está»», concluyó.