Foto: AFP

El Roma, rival del Atlético de Madrid en el grupo C de la Liga de Campeones, ganó 1-2 al Qarabag e impuso la lógica en un partido gris que sacó adelante el conjunto italiano con los tantos del griego Konstantinos Manolas y del bosnio Edin Dzeko.

Los hombres Eusebio Di Francesco tenían un guión que estaba escrito para la victoria. El Qarabag, junto al APOEL Nicosia, es posiblemente uno de los equipos más débiles de la competición. En su estreno perdió 6-0 en Stamford Bridge con el Chelsea y todo hacía presagiar un paseo del conjunto italiano en el Baki Olimpiya Stadionu de Baku.

Y más aún cuando desde el inicio del choque el dominio aplastante del Roma se concretó con los goles del defensa Manolas y del delantero Dzeko. En sólo 15 minutos, el cuadro transalpino parecía haber acabado con cualquier posibilidad de que su rival consiguiera algo positivo.

En muy poco tiempo golpeó por partida doble y con una pequeña ayuda del Qarabag. Sobre todo en el primer tanto, en el que el portero bosnio Ibrahim Sehic propició medio gol a Manolas tras un despeje de puños errático que recogió Lorenzo Pellegrini. El medio italiano disparó a portería y su compañero, muy oportuno, desvió la pelota a la red con un buen cabezazo.

Poco después, Dzeko volvió a golpear para el Roma tras controlar un pase de Stephan El Shaarawy dentro del área para fusilar al portero del Qarabag. Su tanto, el 0-2, parecía sentenciar el partido.

Sin embargo, el Qarabag, con el brasileño Pedro Henrique al frente, no perdió la cara al choque y poco a poco despertó de su letargo inicial. El equipo de Azerbaiyán comenzó a inquietar a su rival, que, además, falló entregas fáciles de balón. Casi todos los errores los protagonizaron el brasileño Juan Jesús y el francés Maxime Gonalons, muy erráticos durante los primeros 45 minutos.

En uno de esos errores de Gonalons, el Qarabag redujo distancias por medio de su jugador más desequilibrante, Pedro Henrique, que aprovechó una asistencia del sudafricano Dino Ndlovu tras robar la pelota al jugador galo. El 1-2, a falta de quince minutos para el descanso, cerró una primera parte en la que sólo El Shaarawy pudo volver a aumentar la renta con un cabezazo que detuvo Sehic.

En el segundo acto, el Roma apenas dispuso de un par de ocasiones en las botas de Alexander Kolarov y de Bruno Peres bien salvadas por Sehic y que precedieron a un tostón de cerca de media hora en el que ambos equipos se atascaron en el centro del campo.

El Roma, sin alardes pero con efectividad, controló los escasos acercamientos del Qarabag, consiguió mantener el resultado y se llevó tres puntos grises pero muy útiles en un grupo muy igualado en el que Atlético de Madrid y Chelsea se disputarán con el cuadro italiano la clasificación para los octavos de final.




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