Un día como hoy pero hace 151 años, nació el gran poeta Rubén Darío, quien deleitó al público mundial con sus afamadas prosas.
Darío, cuyo nombre real era Félix Rubén García Sarmiento, se vio interesado por la literatura desde muy temprana edad.
Sus días los dedicó a la poesía. Tanto fue así que combinó su trabajo periodístico con la literatura, lo que le dio reconocimiento internacional.
A los 15 años se ve obligado a salir de su país y refugiarse en El Salvador, donde lo acoge el presidente de la República, Rafael Zaldívar. Durante este período de su vida, conoce al poeta salvadoreño, Francisco Gavidia, el cual lo inspiró para adoptar el verso alejandrino-francés a la métrica castellana, un rasgo representativo en sus obras.
Tiempo después, regresa a Nicaragua donde colabora con diferentes periódicos. Luego, decide irse a Chile en donde labora en medios como «La Época», «La Libertad Electoral» y «El Heraldo».
No es sino hasta 1887 que publica su primer poemario titulado «Albrojos» con el que participó en varios certámenes literarios, gracias al incentivo de su buen amigo, Pedro Balmaceda.
Entre 1889 y 1893 vive en varios países de Centroamérica en los cuales ejerce como periodista mientras continuaba su pasión por la poesía.
Entre 1893 y 1896 reside en Buenos Aires, y allí publica dos libros cruciales en su obra: «Los raros» y «Prosas profanas y otros poemas», que supuso la consagración definitiva del Modernismo literario en español.
En sus últimos años de vida, publica su autobiografía denominada «La vida de Rubén Darío escrita por él mismo»
POLIFACÉTICO
Rubén Darío fue un hombre polifacético. Además de ser periodista y escritor, también se desempeñó como cónsul de Nicaragua en París, traductor de algunos artículos, cronista de guerra y articulista.
En 1906 participa, como secretario de la delegación nicaragüense, en la Tercera Conferencia Panamericana que tuvo lugar en Río de Janeiro. Poco después es nombrado ministro residente en Madrid del gobierno nicaragüense de José Santos Zelaya hasta febrero de 1909.