(Foto AFP)

La solución a la crisis política venezolana se vislumbra aún lejana. Pese a los primeros acuerdos de un diálogo que auspicia el Vaticano, el gobierno y la oposición mantienen posturas irreconciliables en torno a una salida electoral.

Un día después de que finalizara la segunda ronda de conversaciones, el presidente socialista Nicolás Maduro descartó que la negociación incluya un adelanto de elecciones o un referendo revocatorio de su mandato, principal objetivo de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

A ello se suman las cada vez más notorias divisiones de la oposición en torno al diálogo.

«¿Salida electoral? ¿Salida para dónde? (…) Que nadie se obsesione con procesos electorales que no están en la Constitución», dijo el gobernante este domingo en su programa semanal de televisión.

Más temprano, la MUD negó que esté capitulando en las conversaciones con el gobierno y ratificó que su objetivo sigue siendo sacar al chavismo del poder.

«Se avanza en la creación de condiciones que hagan posible recuperar el derecho del pueblo venezolano al voto», señaló en un comunicado el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, aludiendo a la suspensión del proceso de revocatorio contra Maduro -el pasado 20 de octubre- por parte del Poder Electoral.

Pero el presidente ironizó sobre la aspiración opositora. «La MUD continuará en la mesa hasta lograr salida electoral. Me alegra mucho que la MUD vaya a continuar en la mesa de diálogo hasta diciembre de 2018», dijo en referencia a la fecha de las próximas elecciones presidenciales.

El sábado, el gobierno y la oposición pactaron «una hoja de ruta» para atender la crisis, según un documento leído por el enviado del Vaticano, Claudio María Celli, que no hizo mención a las exigencias electorales de la oposición.

Las partes se plantearon la «superación» del desacato de la mayoría opositora en el Parlamento, declarado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tras la juramentación de tres diputados cuya elección fue suspendida por denuncias de fraude.

Igualmente, se comprometieron a trabajar para la elección de dos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) -acusado por la oposición de servir al oficialismo-, cuyo período vence en diciembre.

«Hay que superar esa inhabilitación del Parlamento para poder reconfigurar el CNE; hay que reestructurar el CNE para poder tener elecciones», sostuvo la MUD.

Retomar la calle

Al relucir cada vez más sus diferencias internas, la MUD llamó este domingo a evitar una «fractura» en sus filas.

«El diálogo entre el régimen y un sector de la oposición inició como consecuencia del robo del referendo revocatorio, pero hoy nos preguntamos: ¿dónde quedó el derecho a elegir de los venezolanos?», cuestionó Voluntad Popular -partido del encarcelado Leopoldo López- en un comunicado en el que rechazó los acuerdos.

Junto con Voluntad Popular se marginaron de las conversaciones otros 15 partidos de la treintena que conforman la MUD.

En tanto, el excandidato presidencial Henrique Capriles llamó en Twitter a «retomar de inmediato» la agenda de «movilización popular en todo el país».

Tras el inicio del diálogo el 30 de octubre, la oposición suspendió un juicio parlamentario contra Maduro y un marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores. En septiembre y octubre realizó movilizaciones que convocaron a cientos de miles de personas.

A tono con la demanda de Capriles, Torrealba anunció que se retomará la agenda de protestas, sin especificar fechas. «Que nadie le pida al diálogo lo que solo la calle puede conquistar», remarcó.

Uno de los negociadores de la MUD, Carlos Ocariz, se mostró de acuerdo con mantener la vía de la «presión popular», pero criticó a copartidarios que a su juicio hacen poco para activarla.

«Ese camino está allí y también hay que transitarlo. Le pido a aquellos compañeros que hablan de manera permanente de esto, que hablen menos y hagan más», expresó este domingo en rueda de prensa.

«Falsas expectativas»

Tras la cita del sábado, en la cual las partes se comprometieron a convivir y respetarse para encontrar un camino «pacífico y electoral» a la crisis, Jorge Rodríguez, principal negociador del oficialismo, acusó a la oposición de difundir «información errónea» sobre los acuerdos.

«Mejor no levantar falsas expectativas», escribió en Twitter, dirigiéndose a Ocariz.

Incorporado a la mesa de diálogo esta semana, el gobernador oficialista del estado Aragua (centro), Tareck El Aissami, aseveró en Twitter que una salida electoral «no se discutió» y que el revocatorio está «muerto».

Mientras, el cardenal venezolano Jorge Urosa consideró que el diálogo debe llevar al voto, según una entrevista difundida este domingo.

Maduro extendió este domingo por 60 días más el estado de excepción y emergencia económica vigente desde enero pasado.

El presidente acusa al empresariado y la oposición de desarrollar una «guerra económica» para provocar escasez de productos básicos, pero la oposición atribuye los problemas a la política económica del chavismo.




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