Este jueves los trabajadores de la salud se congregaron en las afueras de la Ciudad Hospitalaria Henrique Tejera de Carabobo (CHET) para protestar en contra de los miserables salarios y la carencia de insumos médicos en los centros de atención pública de la entidad.
Desde las 9:00 de la mañana médicos, enfermeras, camareras y representantes sindicales, provenientes de los distintos ambulatorios y hospitales de la región, trancaron la avenida Lisandro Alvarado para hacer escuchar sus reclamos, vigilados por funcionarios de la Policía de Carabobo y la Policía de Valencia.
“Acabamos de recibir un mes pírrico de aguinaldos, se burlan de nosotros“, exclamó Carlos Viloria, presidente del Sindicato de la Salud de Carabobo.
El delegado sindical de la CHET, Eduardo Castillo, no consiente cómo las autoridades pretenden que el personal médico cumpla con sus labores si con un sueldo quincenal de 400 mil bolívares, 0,75 dólares, no pueden adquirir ningún producto de la cesta alimentaria, mucho menos costear el pasaje.
Castillo resaltó que la lucha no sólo es para garantizar un salario justo para los médicos, sino para garantizarle a los ciudadanos el derecho a la salud, por lo que hizo un llamado a Nicolás Maduro. “No nos escuchan y tratan de callarnos. Pero recuerden que si el presidente nombró a los sindicatos, debe atender los problemas de los trabajadores”.
“Ni guantes, ni tapabocas”
Una de las mayores preocupaciones de los empleados de la salud es que no cuentan con insumos para afrontar la crisis del Covid-19. El personal médico se siente expuesto y no tienen recursos para auto equiparse con implementos de bioseguridad.
A Yadira Brizuela se le quebraba la voz. Es camarera en la Ciudad Hospitalaria desde hace 25 años y jamás había sufrido un drama igual: debe limpiar los desperdicios biológicos de los pacientes con sus propias manos. “No nos dan guantes, ni tapabocas, ni batas porque dicen que no hay”.
Juli Seco es otra camarera que ya no resiste tanto sacrificio. Asegura que la última vez que recibieron implementos de limpieza fue hace seis meses, al principio de la cuarentena. “Pasamos coleto porque traemos pedazos de trapo de la casa porque aquí no hay. Y tenemos que rendir en una semana los dos dedos de cloro y desinfectante que nos dan”.
Sin beneficios
Viloria advirtió que los propios médicos tampoco tienen acceso a las PCR para detectar el coronavirus. Denunció un caso puntual en San Diego, donde a una enfermera le negaron la prueba. “Las están negando porque se están desviando a otros fines”.
Seco considera que es injusto trabajar en un hospital y no contar ni siquiera con beneficios de atención médica. “Vamos a emergencias y no nos reciben, pedimos un medicamento y nos lo niegan”. “Si acaso te dan un remedio vencido”, agregó Brizuela.