Todas las personas aman a sus respectivas madres y todos los días se lo expresan, pero en su día a los hijos y nietos les gusta hacerles regalos, cocinarles, o invitarlas a comer. Sin embargo, siendo un día tan importante, es el que se homenajea a las madres. Poco se sabe del origen de ese día. En este espacio se expresará en modo resumido por qué se celebra el Día de la Madre.

En la antigua Grecia, se rendía honores a la mitológica Rea (o Rhea), esposa de Crono y madre de Zeus, considerado como el Dios «supremo». Los antiguos romanos la llamaban Cibeles, madre de la Tierra. En su honor se realizaban ofrendas durante tres días en el momento del equinoccio de primavera, cuando el día pasa a ser más largo que la noche.

En la actualidad, se puede ver la representación de Cibeles en la fuente que lleva su nombre, en Madrid. Inicialmente, los católicos transformaron estas celebraciones consideradas paganas en fiestas para honrar a la Virgen María, Madre de Jesús. Se estipuló la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, como el Día de la Madre.

En la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolló en Estados Unidos un movimiento por los derechos de la mujer y en favor de la paz, creándose un Día de la Madre. Finalmente, en 1914, el Presidente W. Wilson declaró el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en E.E.U.U. de América.

Después, esta celebración fue tomando eco en varios países que la adoptaron, fijando fechas distintas, según tradiciones o leyendas locales. En Europa, la mayoría de los países celebran el Día de la Madre el primer domingo del mes de mayo.

En Venezuela, el Día de la Madre se celebra todos los años, el segundo domingo de mayo. Aquí se organizó, el primer día de Las Tres Madres el 24 de mayo de 1921 en Valencia (estado Carabobo) por el Dr. Jesús María Arcay Smith, Presidente de una asociación llamada «Caridad y Concordia», quien logró que este día fuera oficializado por el Concejo Legislativo. Fue llamado “Día de Las Tres Madres” en honor a nuestra madre, a la madre de Dios y a la madre patria.

Posteriormente, 82 Concejos Municipales de Venezuela, decretaron por igual esta celebración, hasta que en el año 1924 una ley del Congreso Nacional decretó la celebración anual en todo el territorio nacional. Poco a poco, esta celebración fue adaptándose a las festividades internacionales. Hoy, se conoce como el «Día de la Madre”.

Por consiguiente, la importancia de este grandioso día va dependiendo de la cultura y del reconocimiento que se le da a esa mujer que le ha dado vida a la humanidad, a esa mujer que siempre cuida -desde su vientre- al ser engendrado y la cual se debe querer sin importar en qué trabaje, recuerda que es “la madre” y siempre se tendrá que agradecerle el que haya engendrado a un ser.

La difícil tarea de ser madre en tiempos de crisis

La actual realidad venezolana ha modificado los hábitos comunes que tenían los venezolanos años atrás. Ser madre se ha convertido en un reto para la mujer venezolana. La escasez, la inflación y los altos índices delictivos obligan a estas dignas mujeres a buscar soluciones poco convencionales.

Muchas madres venezolanas han tenido que duplicar los esfuerzos para poder mantener a sus hijos en la actual crisis que vive el país. El tiempo que consumen en largas colas para conseguir alimentos impide que ellas compartan junto a sus hij@s el tiempo necesario.

Educar a l@s niñ@s y adolescentes se ha vuelto un reto para las madres venezolanas en el actual contexto en el cual se vive. En muchos casos, las madres se agobian ante la impotencia por no poder ofrecer “lo mejor para sus hij@s”.

Lo más peligroso es que l@s niñ@s y adolescentes crezcan entendiendo, erróneamente, que la violencia es la única manera de solucionar problemas.

Si se permite que la prole precondicione la idea “violencia=solución”, eso va a quedar plasmado en su mente. Esa equivalencia maléfica hay que cortarla. Las madres y padres deben explicar cuáles son las consecuencias de la violencia a largo plazo.

Este tipo de conducta queda reflejada en todos los hechos violentos que han ocurrido mientras la gente hace cola para comprar comida.

Cuando l@s niñ@s se crían en entornos violentos -como son los actuales venezolanos- hay que ver también el daño que se le hace a la sociedad a largo plazo. Existe una alta posibilidad de que esos ciclos se repitan cuando ese ser crezca y sea madre o padre de familia.

En estos días cruciales para el destino de nuestra Nación, para el rescate de la democracia y de nuestra vida republicana, vuelven a ser ustedes, madres venezolanas, las heroínas sublimes de la lucha contra el oprobio, contra la indignidad, contra la represión. Son -otra vez- ustedes, ángeles del amor y de la paz, las que salen a marchar para elevar sus gritos de protesta contra la vil dictadura. Pero sobre todo, son ustedes las que, como María, con el corazón profundamente lacerado por el dolor, con la voz ahogada por el llanto, con los ojos exhaustos por las angustiosas horas de vigilia en espera del regreso a casa de sus hij@s y con el alma transida por la pena y el desconsuelo, entregan sus hij@s en doloroso tributo a la libertad. Vaya hoy, en su día, nuestro abrazo de solidaridad, el beso de l@s hij@s universales de Andrés Eloy y las más infinitas gracias de esta Patria que nunca terminará de pagar la deuda por la entrega abnegada del cuerpo y la sangre de sus hij@s, que duelen mucho más que sus propios cuerpos y que su propia sangre.

Mamá..

Tu día es todos los días, porque cada día velas por mí.

Para cada mañana eres un amanecer, para cada noche eres mi bendición.

Para cada dolor, mi consuelo; para cada alegría, mi estímulo.

Para cada prueba, mi esperanza.

Estás hecha de fe y de ternura, de luchas y de cansancios.

Eres entrega y camino, te olvidas de ti para que yo avance…

¡Gracias, Mamá!…

TODOS LOS DÍAS SON: “TU DÍA”. POR ESO HOY ES TU DÍA, MAMÁ.

(Anónimo).

¡A todas esas guerreras, mujeres valientes que dan todo por estos seres amados, mujeres admiradas. Vaya hoy el agradecimiento y recuerdo eterno!




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