Foto referencial

José caminaba por la calle de su residencia cerca de las 8:00 de la noche de un día de abril en un sector de Naguanagua. Regresaba de la casa de unos vecinos, donde había ido a cocinar unas arepas para el desayuno porque desde hace unos cuatro meses está sin gas. Se encontró con unos hombres vestidos con uniformes de la policía estadal en la vía y perdió su teléfono.

Es una historia corta, pero dramática por la crudeza de la realidad venezolana. Mientras caminaba bajo una tenue llovizna vio que dos presuntos funcionarios de la Policía de Carabobo paraban a un joven que caminaba unos cuantos metros delante de él. José siguió su camino, pero no se libró del encuentro. Unos minutos después fue abordado por los funcionarios vestidos con el uniforme de la PC.

«¿Qué hace por aquí?». Vengo de casa de unos vecinos, porque ellos tienen gas y yo preparo mi desayuno allá todos los días, respondió.

«¿Qué lleva en el bolso?». Lo abrí y les mostré la taza con unas arepas, un paño, vitamina C y mi teléfono celular.

José percibió que algo no estaba bien, esperó. Inmediatamente le ordenaron que se montara en la patrulla, una Hylux 4 puertas, lo que hizo pensando que iban a radiar su cédula de identidad.

Pero no fue así. Lo llevaron a Puente Bárbula y en el camino revisaron nuevamente su bolso. En el puente le pidieron el patrón del teléfono y lo conminaron a bajarse de la camioneta.

José pidió su teléfono y le dijeron que diera la vuelta, que se lo entregarían a través de la ventana del conductor. Pero mientras caminaba la unidad arrancó con los funcionarios y con su dispositivo móvil. No perdió el bolso, porque antes de bajarse se empeñó en que le devolvieran su comida.

Hoy José le da gracias a Dios porque solo perdió su teléfono. «En Venezuela, en estos momentos, lo único importante es preservar la vida, pero qué triste es cuando quienes te agreden son los mismos llamados a defenderte».

José no colocará la denuncia, tal como se lo recomendó otro funcionario policial al que le comentó lo ocurrido. Está convencido de que no habrá investigación y mucho menos resultados. «Lo que puedo ganar es que me maten, allí hay mucha complicidad».

El Carabobeño intentó contactar a las autoridades de seguridad para obtener una versión al respecto. Funcionarios consultados informaron que efectivamente la PC tiene camionetas Hylux 4 puertas asignadas, pero están destacadas en la zona sur y no en Naguanagua, donde los funcionarios se movilizan en Nissan.

Aseguraron que los jefes policiales hacen esfuerzos por evitar este tipo de situaciones  e invitaron a quienes tengan algo que denunciar a que no sientan temor.

*José, nombre ficticio para proteger su integridad




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