Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Los reportes esta vez no fueron normales. A las 5:00 p.m. del domingo se habían contabilizado 169 casos de distintas incidencias que impedían que los carabobeños votaran. Fueron hechos que ocurrieron en cerca de 70% de los centros electorales en la entidad, ubicados en zonas con tendencia opositora.
Las conclusiones de los análisis de esas cifras indican que en municipios como Valencia, 23 máquinas presentaron fallas que retrasaron el proceso. “Y no creemos que sea casualidad que en esa localidad la diferencia de votos se acortara, aunque no se cumplió el objetivo porque en la capital ganó Feo La Cruz. Mientras que en Juan José Mora solo hubo dos incidencias y una diferencia de más de 280% a favor de Lacava”, explicó Diego Borges, técnico electoral.
A esto se le suma que 37% de las personas que salieron a votar se vieron afectadas por problemas en máquinas de votación que no arrancaron a tiempo, se perdió una o dos horas, se cambió varias veces la máquina o no funcionó en todo el día”. También se reportó que 8% de los miembros de mesa y testigos tuvieron trabas con los funcionarios del Plan República, y a 14% de los votantes se les entorpeció ejerció su derecho por personal del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En números definitivos, Borges aseguró que 7% de los electores enfrentaron severas trabas que les impidió sufragar. “Y si vemos que la diferencia entre un candidato y otro fue de seis puntos, nos damos cuenta que esos incidentes no fueron casuales y que tuvieron su efecto en el resultado”.
En municipios donde ganó Lacava hay dos características muy importantes. Casi ninguna máquina se dañó y hubo participación de más de 70%, mientras que en los que ganó Feo La Cruz hubo muchos problemas y votó 57% del padrón. “Eso llama poderosamente la atención porque el comportamiento normal en este tipo de elecciones es que la diferencia de un municipio a otro en participación se apenas de 1,5% aquí se disparó 4% por encima del promedio. Esto no pudo ser al azar y lo seguimos analizando”.
Otro hecho curioso que ocurrió el domingo fue que al momento de hacer el escrutinio sorprendió a todos que cada máquina imprimió el acta sin la casilla donde el secretario de la mesa debe colocar de manera manual el número de votos de acuerdo al cuaderno de votación. “Nadie nos notificó de ese cambio. Entonces es imposible objetar la cantidad de voto votos de la máquina y los cuadernos no sirven para nada”.
