Usuarios de la avenida Valencia y sus adyacencias ya no recuerdan cuándo fue la última vez que vieron funcionar a los semáforos que están en el distribuidor Naguanagua. Algunos estiman que fue en septiembre del año pasado y otros piensan que fue en noviembre.
Lo cierto es que desde el último trimestre de 2017 el conjunto de semáforos está inoperativo y hasta la fecha ninguna autoridad lo ha podido reparar.
Este distribuidor es utilizado a diario por usuarios de la Autopista del Este, que van a llevar pacientes al Hospital Metropolitano del Norte, o que simplemente ingresan a Naguanagua por ese sector. La afluencia de vehículos es bastante alta, por lo que los conductores no se explican por qué las autoridades municipales han tardado tanto tiempo en arreglar los semáforos.
Luis Espinoza, asiduo conductor de la zona, aseguró que ha visto varios choques en la parte baja del distribuidor, incluso con personas lesionadas. Comentó que siempre toma mucha precaución al pasar por el sector.
Dinora Machado expresó que tal vez las autoridades municipales están esperando que ocurra una desgracia para solucionar el problema. “No puede ser que ni el otro, ni este alcalde hagan nada al respecto”.
El semáforo que está en la entrada hacia la urbanización Los Guayabitos también estaba fuera de servicio, pero ya fue reparado. El que funciona pero a medias, es el que está en la avenida Valencia, en la intersección con la Salvador Feo La Cruz, también conocida como el cementerio. La luz de cruce a la izquierda, viniendo desde el este, está quemada. Esto trae como consecuencia que algunos conductores sigan esperando que prenda, mientras desesperan a los que están detrás. Finalmente por lo general tienen que esperar otro cambio de luz, lo que retrasa el tránsito automotor en la zona.
BASURA
Vecinos de Naguanagua se quejan que el municipio está lejos de mantenerse limpio, pues la basura sigue presente en varias calles. Un ejemplo de ellos es la calle Güere de Capremco, justo al frente del ambulatorio del IVSS Doctor Luis Guada Lacau.
La acumulación de desperdicios en esta zona tiene tanto tiempo, que grupos de garcitas permanecen allí para alimentarse de lo que consigan.
Frente al basurero hay en gigantesco letrero que dice que la conservación del medio ambiente es tarea de todos. Pero al parecer mucha gente ni siquiera lo ha leído, porque sigue lanzando desperdicios en la calle. Los camiones del aseo pasan de largo, según algunos comerciantes del área.