El exceso de colesterol en el hígado, aunado a estímulos carcinogénicos como el alcohol, tabaco e infecciones por hepatitis B o C, condicionan el desarrollo de tumores hepáticos tempranos muy agresivos, alertaron hoy especialistas.

Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) realizó un estudio preclínico en animales que mostró que la sobrecarga de elementos grasos condiciona la aparición de ese tipo de enfermedades con más rapidez y fuerza.

Luis Enrique Gómez Quiroz, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la UAM, explicó que cuando el hígado es expuesto a grasas y sustancias como el alcohol o el tabaco, se provoca un estrés oxidante que es dañino para el ADN, lo que aumenta mutaciones y desactiva las proteínas que reparan este órgano.

Todo esto causa la aparición precoz de lesiones hepáticas y, de manera eventual, de tumores de gran tamaño y alta vascularización, es decir, con vasos sanguíneos que pueden ocasionar metástasis hacia otros órganos, incluidos pulmones y colon.

El hígado es el órgano maestro en la regulación de la síntesis, la distribución y el metabolismo de todos los lípidos.

Cristina Enríquez Cortina, quien realizó su tesis doctoral en biología experimental basada en este estudio, dijo que suministraron una dieta rica en sustancias grasas a ratones a los que se inyectó un agente químico iniciador del proceso tumoral, emulando las secuelas por ingesta de alcohol.

Los animales que recibieron esa alimentación desarrollaron más rápido carcinomas hepáticos y registraron una conducta más agresiva como metástasis a pulmones y colon.

En contraste, aquellos a los que también les fue suministrado el agente químico, pero quienes tuvieron una dieta balanceada libre de colesterol les evolucionaron neoplasias de menor tamaño y número.

Al buscar explicaciones, los científicos encontraron que el ADN presentaba más deterioro y que el sistema de reparación «estaba impedido», debido a lo cual aparecen masas anormales de tejido en tiempos prematuros».

Los investigadores encontraron que los comestibles ricos en componentes grasos favorecen la formación de tumores hepáticos tempranos y agresivos, un riesgo que crece cuando hay estímulos carcinogénicos: alcohol, tabaco o infecciones por virus de hepatitis B o C.

El colesterol es un lípido fundamental para la vida y, si bien los humanos lo producen en ciertas células, «este proceso está anulado gracias a que lo adquirimos en la dieta», en particular a partir de alimentos de origen animal: carne, lácteos y huevo.

 

El doctor Gómez Quiroz expuso que la prevalencia de cáncer es un problema cada vez más serio en el mundo, en tanto que los tumores de hígado representan la segunda causa de muerte vinculada a este terrible mal en el plano global.

Lo más preocupante, alerta el especialista, es que aparece con mayor frecuencia entre jóvenes e incluso en niños.




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