La solidaridad automática, conceptualizada como la nula reflexión crítica sobre las acciones que realizan -en este caso- funcionarios públicos con afinidad ideológica, pareciera ser un mal que carcome como cáncer. Hacerse los ciegos frente al desmadre que realizan porque “no es el momento para hacer críticas”, resulta una posición bastante cómoda y evidencia que vivimos en una sociedad cómplice, que,al callar, también celebra las atrocidades que cometen quienes tienen las mismas opiniones políticas, porque los culpables de todo siempre terminan siendo “los otros”.

En nuestro país y la América Latina en general, esa ceguera absoluta es preponderante en los sectores progresistas de la izquierda. Recuerda mucho a la época de los horrores cometidos por Stalin. Todos callaban porque el hombre era antiimperialista y eso era lo que importaba. Mató a millones, pero no pasa nada. En este sentido, los progres latinoamericanos han asumido también el silencio respecto a Venezuela, por ejemplo. Maduro se exalta porque es caribeño, dejó entrever un día el expresidente Mujica.

A lo interno la cosa es peor. Es poco el cuestionamiento hacia la gestión madurista. No se habla de la excesiva presencia de militares en la vida cívica nacional y de los peligros que eso conlleva; la falta de transparencia en la administración pública; la ausencia de estadísticas en materia de salud e índices de inseguridad; la situación deplorable de la industria petrolera desde mucho antes de las sanciones; la minería transnacional a gran escala en la selva amazónica donde, por cierto, habitan comunidades indígenas y están nuestras mayores reservas de agua. Tampoco se genera debate sobre el evidente autoritarismo y las decisiones de un gobierno que, hasta hace poco, hizo todo a través de decretos, tras fulminar a la anterior Asamblea Nacional de mayoría opositora.

Algunos intelectuales de izquierda muy respetados en la Academia venezolana han cuestionado esta solidaridad automática tan negativa. Edgardo Lander, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela y quien ha recorrido medio mundo dictando conferencias, hace llamados a generar debates y acabar con esa “celebración acrítica justificativa de cualquier cosa”, pues si bien, es necesario reconocer la injerencia internacional para incrementar el caos en Venezuela, esa consigna no es suficiente para explicar todo lo que ocurre en el país. No se puede esconder que parte del desastre es atribuible a la gerencia pública nacional y a la “erosión democrática”.

En este contexto, extrañó que hace algunos días el exministro chavista Rodrigo Cabezas se refirió al fracaso que observa en los resultados de la revolución, en especial durante el gobierno de Maduro. El otrora ministro de Finanzas publicó una carta y cuestionó la solidaridad política a la administración madurista. Habló de cómo se vulnera en este país el derecho a los alimentos, educación, salud, salario justo, cultura, “y el derecho político a elegir gobernantes sin ser perseguidos por pensar diferente”. Sobre este panorama, políticos de oposición, ONG y hasta la misma Michelle Bachelet han hecho denuncias que han quedado en letra muerta. Pero para las solidaridades automáticas no pasa nada, todo son calumnias y el mal económico responde a una guerra cacaraqueada desde hace bastante tiempo. La responsabilidad sería exclusiva de agentes del exterior. No se aceptan culpas.

Por lo general, pronunciamientos como los de Cabezas son invisibilizados y reciben factura. Pero como se dice en criollo “algo es algo”. Esperemos comiencen a despertar voces críticas dentro de las propias comunidades que simpatizan con este modelo ypropicien debates con quienes le adversan, porque al final del cuento, los afectados olemos a pueblo, estamos lejos de ser “bolichicos”. También, se hace urgente una oposición menos fracturada y circense, que inspire confianza y respeto. Hace falta perder el miedo y hacer frente a este panorama tan desolador, que ha incrementado brechas, originado nuevas burguesías y robado la esperanza de muchos, en especial, de los más jóvenes.




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