El acto médico es una relación interpersonal basada en la confianza. El médico escucha la sintomatología descrita por el paciente e indaga con preguntas claves para estructurar lo que denominamos curso natural de la enfermedad; mientras que el paciente y sus familiares, depositan su absoluta confianza en el médico para encontrar la salud perdida. Para el éxito de este encuentro es fundamental una buena comunicación. Es más allá de la formación del médico, la asistencia a cursos y congresos de actualización, el apreciado “ojo clínico” basado en la experiencia y las destrezas quirúrgicas.

La clave para lograr una atención de calidad reside en una efectiva comunicación entre el paciente y el equipo de salud. (Rev Sanid Milit Mex 2016; 70:4-16). Una buena comunicación pasa por un buen trato. Saludar, mirar a los ojos, ser cordiales e incluso cariñosos, son acciones que tenemos a la mano y contribuyen a recuperar la salud.

En el Arte de la Medicina de Thomas Egnew se señalan siete conductas que orientan y fortalecen el ejercicio efectivo del acto médico. Entre ellas, la sonrisa, porque dentro la comunicación no verbal, es la sonrisa quien puede cambiar el tono de la comunicación.

Saludar con una sonrisa se interpreta como: “le gusta lo que hace”, “le importo” y esto disminuye la ansiedad. Además, la sonrisa es un maravilloso acto de equilibrio, incluso tan simple que al hacerse con entusiasmo puede aliviar tensiones y generar armonía, (Mumford 2008) tanto a quien la da como a quien la recibe.

Algunos beneficios de sonreír

  • La sonrisa “rompe el hielo” y abre la comunicación.
  • Crea un ambiente cálido y cercano.
  • Genera confianza.
  • Proyecta una imagen de estar feliz que hace sentir bien al paciente.
  • Contagia optimismo y esto repercute en la imagen de la unidad médica.
  • Evita el maltrato, porque es casi imposible hablar de mala manera o en tono agresivo mientras se sonríe porque la intencionalidad que se proyecta es positiva y le da fluidez a la comunicación.
  • Reduce las cargas de estrés. Encontré reportes de una prueba realizada con 167 estudiantes de la Universidad de Kansas que fueron sometidos a una actividad estresante mientras sonreían y registraron, en promedio, actividad cardíaca más lenta que quienes no lo hacían.

A pesar de todos estos beneficios y más, ¿cuántos sonreímos con frecuencia y sistemáticamente en nuestra vida diaria?, ¿cuántos regalamos una sonrisa a nuestros pacientes? ¿qué beneficios estamos perdiendo cuando no sonreímos?

Los datos aportados por la International Society for Humor Studies (ISHS) informan que quien sonríe con frecuencia previene enfermedades relacionadas al estrés y la depresión. Además, contribuye a mantener la autoestima y la motivación, mejoran la calidad de vida y el ambiente laboral.

Todos somos o seremos pacientes en algún momento de la vida y vamos a preferir que se nos atiendan con una sonrisa.

Amigo colega, respetado paciente, nos conviene sonreír cuando nos encontremos la próxima vez a compartir un fin común… recuperar su salud. De acuerdo al proverbio chino: la vida se domina sonriendo, o no se domina.

Yo quiero dominarla y voy a sonreír a mis pacientes.

¿Me acompañas con una sonrisa?




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