Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
A ella se le ve contenta, pero ansiosa. Intenta estar feliz, pero no puede. “Es una libertad agridulce”, así define Steyci Escalona su condición actual tras recibir medida cautelar la tarde del viernes 24 de noviembre. Hay detalles que faltan para que esté tranquila, como la liberación de su novio, Gilber Caro, a quien mantienen como preso político en una celda de cuatro metros cuadrados y sin iluminación, en el estado Carabobo.
10 meses y 13 días pasó encerrada en un calabozo del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Naguanagua. Ahí estuvo sometida a intensas presiones psicológicas. “Juegan con eso a diario para dominar y doblegar”, recordó la mañana del martes a su salida de la 41 Brigada Blindada, donde recibió la imposición de la medida de manos de la juez sexta en funciones de control militar en la entidad, Luz Mariela Santafé Acevedo.
Lo que Escalona no refleja es miedo. Ella salió de prisión con más ganas de luchar. “Seguiremos peleando por mi libertad absoluta, la de mi compañero, el diputado Gilber Caro, y la de Venezuela que también tiene barrotes”. Antes de responder cómo fueron sus días en el Sebin hizo una pausa, cerró los ojos, respiró profundo y dijo: “cuando eres inocente todos los días estás esperando tu libertad”.
Junto a ella estaba María fernanda, su hermana menor, quien la acompañó día a día durante todo el proceso que aún no termina. Escalona debe atender cualquier llamado que haga el tribunal, presentarse en la instalación militar de Carabobo cada 15 días, y asistir a la audiencia preliminar que aún no se ha celebrado, y que fue pautada para el 8 de diciembre.
La causa de Steyci y el diputado es la misma. Por eso, el abogado defensor, Ramón Carmona, está convencido que se le debe dictar la misma medida al legislador. “Por el principio de igualdad de las partes que establece la Constitución él debe estar en libertad y eso lo demostraremos en la audiencia”.
Escalona debe visitar en los próximos días a varios especialistas para tratar las lesiones ocasionadas en su piel por la condiciones de reclusión. “Espero mejorar pronto y seguir luchando”.
