El principal enviado de Estados Unidos en Jartum, Steven Koutsis, dijo que la decisión se produjo después de meses de conversaciones diplomáticas entre los dos países. (AFP)

Sudán celebró hoy el levantamiento de las sanciones económicas impuestas en 1997 por Estados Unidos, cuando el régimen del presidente Omar Hasan al Bachir fue acusado de apoyar el terrorismo internacional y de no respetar los derechos humanos.

«Los dirigentes, el Gobierno y el pueblo de Sudán dan la bienvenida a la medida positiva tomada por el presidente estadounidense, Donald Trump, el viernes, que supone el levantamiento de las sanciones económicas norteamericanas sobre Sudán de manera total y definitiva», se indica en un comunicado difundido en la página oficial del Ministerio de Exteriores sudanés.

El 4 de noviembre de 1997, la entonces secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, anunciaba la implantación de unas duras sanciones en respuesta al «respaldo que el Gobierno sudanés continúa haciendo del terrorismo internacional».

Albright también citó entonces los abusos contra las minorías religiosas, como otra de las razones para imponer las sanciones, que incluían la suspensión del comercio con Sudán y la de las inversiones.

El fin del bloqueo fue celebrado hoy por el titular de Exteriores sudanés, Ibrahim Gandur, quien aseguró que Jartum «aspira a construir unas relaciones naturales con EEUU que pueden seguir desarrollándose», aunque advirtió de que «esto requiere quitar a Sudán de la lista de países patrocinadores del terrorismo».

Mientras que el principal enviado de Estados Unidos en Jartum, Steven Koutsis, dijo que la decisión estadounidense se produjo después de meses de conversaciones diplomáticas entre ambos países.

En este sentido, el Gobierno sudanés mostró su disposición a colaborar en todos los asuntos bilaterales, regionales e internacionales y, en especial, en la «preservación de la paz y la seguridad internacionales, la lucha antiterrorista, la migración ilegal y el tráfico de personas».

El gobernador del Banco Central sudanés, Hazem Abdelqader, también se sumó a las celebraciones al declarar que esta medida «significa la reintegración del sistema financiero sudanés en la economía global».

Según Abdelqader, esto facilitará las transacciones bancarias, el aumento de las divisas, la llegada de inversiones extranjeras al país, y la reducción del coste de la financiación, lo que «tendrá un impacto positivo en la economía sudanesa».

El levantamiento de las sanciones, reforzadas en 2006 como presión para avanzar hacia la paz en la región occidental de Darfur, donde en 2003 había estallado un conflicto armado, entrará en vigor el próximo 12 de octubre.

El deterioro de las relaciones comenzó en 1995, cuando Sudán fue acusado por Egipto, aliado de Estados Unidos, de estar implicado en un atentado fallido contra el entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak (1981-2011), en Adis Abeba.

En abril de 1997 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó un paquete de sanciones diplomáticas contra Sudán por negarse a extraditar a Etiopía a tres presuntos sospechosos del atentado.

Sin embargo, EEUU que había retirado a sus diplomáticos de Jartum en enero de 1996, fracasó en su intento de ampliar este castigo con sanciones económicas, por lo que las tomó unilateralmente.

Desde entonces, las relaciones mantendrían periodos de mayor o menor tensión, hasta la llegada del presidente Barack Obama (2009-2017), que en 2009 dio un golpe de timón a la política hacia Jartum.

En 1997, Washington bombardeó una fábrica de productos farmacéuticos en la capital sudanesa, donde supuestamente se producía material para armamento químico.

En mayo de 1999, se produjo un tímido alivio de la presión permitiéndose el comercio de alimentos y medicinas.

Ya bajo el mandato de George W. Bush (2001-2009), en septiembre de 2001, Washington expresó que Sudán había cambiado su actitud hacia el terrorismo y permitió que el Consejo de Seguridad levantara las sanciones diplomáticas impuestas en 1995.

Sin embargo, como consecuencia de la deriva que había tomado el conflicto de Darfur, por el que Bachir sería acusado en 2010 de crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional, W. Bush, emitió un nuevo paquete de sanciones económicas en abril de 2006.

Obama en 2009 cambió de estrategia y la política hacia el régimen de Al Bashir dejó de basarse casi exclusivamente en las sanciones, para empezar a introducir ofertas de mejores relaciones a cambio de progresos.

La meta era tanto lograr «el fin definitivo del conflicto, los graves abusos de los derechos humanos y el genocidio en Darfur», como avances en la puesta en práctica del acuerdo de paz de 2005 entre el norte de Sudán, de mayoría árabe, y el sur, de mayoría cristiana.

Así, el 13 de enero de 2017, poco antes de dejar el cargo, Obama anunciaba la eliminación de algunas de las sanciones vigentes en respuesta a las acciones «positivas» adoptadas por el Gobierno sudanés.

Su sucesor, Donald Trump, tras vacilar sobre la política hacia Sudán, decidió este viernes poner fin a 20 años de duras sanciones, aunque, de momento, Jartúm seguirá en la lista de países que apoyan el terrorismo.




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