Los ciudadanos siguen en busca de precios solidarios. (Foto Beatriz Rojas)

El aumento de precios de los principales rubros alimenticios, luego del incremento de salario mínimo y de la cesta ticket anunciado por el Presidente Maduro, fue prácticamente al mismo tiempo. La diferencia es que éste último no lo ha comenzado a cobrar nadie, porque tiene vigencia desde el primero de julio.

Los ciudadanos en general estaban alarmados, porque los bachaqueros decidieron acelerar el sobro de sus precios especulativos de los distintos productos alimenticios que ofrecen.

Están en todos lados, en las principales avenidas de la ciudad y en los alrededores de los mercados periféricos. Compra el kilo de harina de maíz precocida marca PAN en 840 bolívares, y la venden en ocho mil. En los alrededores del mercado periférico de La Candelaria, la ofrecen hasta en 9 mil. Estos son los más sanguinarios.

El pasado domingo en la mañana en las cercanías del distribuidor del sur, cerca de la plaza de toros, esta harina la vendían los mismos especuladores en siete mil bolívares. Este lunes amaneció en ocho mil. Si se le pregunta al comerciante por qué la vende tan cara, responde que la mercancía es de un oficial de la Guardia Nacional, quien pone los precios y se la da a ellos para que la revendan.

Harinas de maíz de otras marcas, sólo cuestan unos 500 bolívares menos. El azúcar es otro producto que amaneció este lunes con precios inalcanzables. Hasta siete mil bolívares pedían los bachaqueros por el producto.

Arroz y pasta en ocho mil y aceite en 12 mil bolívares, eran otras de los ofrecimientos de estos comerciantes.

Comerciantes en la calle siguen con sus precios especulativos

En el mercado periférico de La Candelaria la carne mantenía su precio de 15 mil bolívares por kilo. Los comerciantes del ramo desconocen si se aumentará, aunque no lo descartan.

Tomate en 2. 500 bolívares, cebolla en 4.800 bolívares el kilo y caraota en siete mil, son otros precios que espantan a los clientes.

SIN ALEGRIA POR EL AUMENTO

Varias de las personas consultadas en la calle, sobre el aumento del salario mínimo y de la cesta ticket anunciado por el Presidente Nicolás Maduro, coincidieron en señalar que no les causó alegría, porque saben que los comerciantes también incrementarán el precio de todo.

“Cada día se nos hace más difícil comer. Ya nadie puede comprar ropa ni zapato. No hay aumento que pare esta inflación”, comentó un anciano que intentaba llevar para su caso algo de comida.

Dijo que ciertamente se incrementó la pensión, pero en su caso, vive con su hija y el marido de esta, más tres nietos, por lo que alimentarlos a todos resulta bastante difícil.

Una ciudadana se preguntaba, cuál aumento?, a lo que añadía que todo su sueldo lo gasta en comida, sin tomar en cuenta las tarjetas de crédito que las tiene sobre giradas.




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