Cuando se habla de persuadir a favor de una alternativa, se implica que lo que hay en juego durante una campaña electoral es una lucha por una definición de la situación y de la agenda pública. Una campaña electoral es una lucha por la construcción de una realidad que busca orientar la conducta electoral de los pueblos. De cualquier forma, la comunicación política es un proceso participativo, de intercambio, de transmisión de información entre los candidatos, los políticos, los medios de comunicación y votantes; allí, en estos círculos, se mueven las actividades electorales.

A propósito, buscando más elementos de sustento sobre el tema y los principios fundamentales de una buena estrategia política, tropecé con la opinión que sobre el particular sostiene el español, Antonio Sola, quien ha seguido con minuciosidad varias campañas electorales en Latinoamérica y otros lugares del planeta. Enumera un buen número de recomendaciones de las cuales tomé unos cuantos, que a mi entender son dignos de destacar:  1. Tener presente que son personas antes que candidatos. La perfección es un mito, por eso solo quienes se muestren más humanos y reales ante su público lograran ganar sus afectos. 2. Conocer a su adversario como a sí mismo. Saber cómo piensan y cuál es el común de sus reacciones que les permite actuar a tiempo y de mejor manera. 3. Contar historias; las emociones son el sustento básico por el que la memoria toma decisiones. Si un político tiene la capacidad de contar una historia envuelta en emociones establecerá una relación directa de comunicación. 4. Tener clara la diferencia entre comunicar e informar. Quienes comunican generan sentimientos, mientras que los que informan, conocimiento. Los políticos deben saber que el 95% de las decisiones que toman los seres humanos son emocionales. Olvídese de los largos comunicados que nadie lee. 5. Político que no se adapta a los contextos, necesidades del país, y a la tecnología se extingue. La plaza pública para los candidatos de hoy son las redes sociales. Frente a este punto, Antonio Sola asegura que las redes sociales no son todavía prescriptoras del voto, los medios de comunicación tradicionales, donde existen agrego yo, siguen siendo los que mueven las elecciones. 6. Generar conocimientos colectivos en sus equipos. Es importante, por eso, crear inteligencia colectiva, que es una clave ganadora para las campañas políticas. 7. Saber que de nada sirve la estrategia sin táctica. Ni táctica sin estrategia. 8. En un mundo ausente de liderazgo quienes logran ser líderes tienen el terreno ganado. 9. Construir soluciones para el primer metro cuadrado (necesidades) de la gente. Los electores quieren que la persona por la que votarán les resuelva la vida: seguridad, trabajo, educación y pensión para la vejez, por ejemplo. Cuando los políticos se salen de ese ‘metro’ quedan fuera de la comunicación con su público.  10. Piden el voto a la masa cerebral no a la masa popular, porque la primera es la que su proceso de decisión pasa por las emociones, y eso ya es ganador.

Dejando aparte al señor Sola y su decálogo, en concordancia y de manera accesoria, debemos tener presente los escenarios electorales que se mueven en la medida en que se aproxima el 21 de noviembre.  Probablemente las concesiones que saldrán del sombrero del mago Merlín en México deben ser recibidas con fe y mucha mesura. De hecho, la última, la más aplaudida por la dirigencia democrática ha sido la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática. En otras palabras, con ella se alcanzó la mayor votación en la historia venezolana. Por lo tanto, dicha tarjeta es símbolo de victoria e insignia de unidad. Consecuentemente, las organizaciones partidistas serán beneficiadas ya que “la tarjeta de la manito” les permitirá no ponerse en evidencia ante la luz pública acerca del poco respaldo que tienen de militancia, como, sí, apoyo en la sociedad civil.

En definitiva, la unidad hoy más que antes ha sido absurdamente una fábrica de inconvenientes, de tropiezos, de trabas, de fisuras, de tapón. La unión política es sinergia, acción conjunta, y esto, afortunadamente, ha sido bien interpretado. En el caso de la oposición carabobeña, por ejemplo, escogió mayoritariamente a Enzo Scarano (ES) frente el gesto que exalta la figura política de Julio Castillo quien, oportunamente, retiró su aspiración de ser candidato a la gobernación de su Estado y apoyar a ES el de mayor preferencia en toda la región.

garciamarvez@gmail.com

 




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.