En el sur de Valencia y desde el pasado miércoles, los comerciantes cumplen con las exigencias de proveer de antibacterial a los clientes, antes de entrar a los negocios, como medida preventiva para evitar contagio con el coronavirus.
En la avenida Las Ferias, por ejemplo, en todos establecimientos comerciales hay un trabajador con un dispensador de antibacterial para el uso obligatorio de la clientela.
Quienes se ocupan de estas labores comentaron a El Carabobeño que, en general, la gente está dispuesta a colaborar, pero si alguien se resiste a no usar el producto se le indica que no puede entrar al local y eso basta para que lo reciban.
Según algunos comerciantes, quienes más ofrecen resistencia al uso del antibacterial son los jóvenes, a quienes les parece extraño pero finalmente lo reciben.
Un costo adicional para el comercio
Comerciantes sostienen, además, que la distribución del producto a los clientes implica un cargo adicional a sus finanzas, pero prefieren cumplir con esta medida por la salud de todos.
Juan Carlos Espinoza, por ejemplo, dijo que compró ocho litros de antibacteral por 50 dólares, pero le sacó 16 litros. Desde el miércoles les está echando en las manos a los clientes y no siente que está perdiendo nada.
La mayoría usa el tapabocas
Sobre el uso de tapabocas se pudo apreciar que la conciencia ciudadana ha prevalecido y en el sur de la ciudad lo lleva el 95 por ciento.
Los locales comerciales, en general, tienen como exigencia el uso del tapabocas para poder ingresar.
Este jueves, al igual que el resto de la semana, ha habido buena actividad comercial en la avenida Las Ferias, sobre todo en horas de la mañana.
En un comercio dedicado al ramo de productos de limpieza, ubicado en San Diego, se pudo conocer que, de miércoles a jueves, la venta de antibacterial se incrementó en un 30 por ciento. Adicionalmente, también subieron los precios de la materia prima para su elaboración.