El presidente de la República, Nicolás Maduro extiende su apoyo al vicepresidente Tareck El Aissami (Foto EFE)

Se le relaciona como el gran operador de negocios ilícitos del madurismo. No solo desde delitos de narcotráfico y lavado de dinero, sino de mantener relaciones con movimientos terroristas como el hisbolá, como lo denuncia los Estados Unidos. Es el vicepresidente de Venezuela, Tareck el Aissami, quien en un trabajo del portal noticioso español ABC.es, se le adjudica como la «mano derecha» de Nicolás Maduro.

En un país con una descomunal corrupción y donde los cargos gubernamentales se entregan muchas veces al enriquecimiento personal, El Aissami sobresale por la extensión de su estructura criminal, se asegura en esta entrega periodística.

El Aissami domina una red que supera en complejidad la de Diosdado Cabello, de acuerdo con la información que están reuniendo varios servicios secretos occidentales.

También, se asocia a la familia de El Aissami a hechos nada claros, fuera de la legalidad, como que ejecutar en su nombre muchas de las operaciones, desde las finanzas familiares hasta los negocios de sobornos y el ingreso en Venezuela de residentes de países árabes, afirman fuentes de inteligencia. Estrechament

Se menciona, además a un ciudadanos Omar Salha (y sus parientes más próximos), quien se encarga del manejo de las finanzas, administra cuentas bancarias y actúa de testaferro para diversas propiedades.

Otra pieza fundamental en la red es Husam el Aissami, primo del vicepresidente, quien lleva años como consejero de la Embajada de Venezuela en Jordania. Ha estado involucrado en el reparto de visados y pasaportes a personas vinculadas a Hizbolá y presuntamente se ocupa del traslado de fondos hacia Siria y Líbano.

La red adquiere productos que llegan a Panamá procedentes de China. De Panamá la mercancía es llevada a Puerto Cabello, en Venezuela, donde operan agentes de aduanas y empresas locales con vinculación con la familia El Aissami, de acuerdo con el trabajo investigativo de ABC.es.

Las mercancías entran entonces en un mecanismo de reventa entre las empresas del grupo El Aissami. La estructura corporativa estaría compuesta por 38 empresas, entre las que hay entidades financieras, constructoras e intermediarias en el negocio petrolero; también cuenta con al menos 18 propiedades en el exterior.

Las empresas están organizadas sustancialmente en dos subgrupos. Así, los productos entran en un proceso de compra-venta entre Distribuidora Vensir y Almacén Unión (subgrupo A), o entre estas y La Bomba o Corporación del Dragón 2012 (subgrupo B).

Con ello, se genera un circuito cerrado de autocompra de mercancía que permite fijar el precio en las operaciones de compra y venta, incluso maquillar a conveniencia los números, en la mayoría de los casos sobrefacturando, para así poder realizar mediante este método el blanqueo de capitales, afirman las fuentes consultadas.

La documentación obtenida por ABC muestra cómo el clan estuvo vinculado con Walid Makled cuando este venezolano de origen sirio pasaba por ser en 2004 el principal capo de la droga en Venezuela. Poco después Makled sería arrinconado en el negocio por la actividad directa de dirigentes chavistas, entre ellos el propio Tareck el Aissami.

El grupo familiar del vicepresidente también es socio de empresas ubicadas en Oriente Próximo, entre ellas Abu Khader Automotive, una concesionaria de vehículos de alta gama, con representación exclusiva de BMW para Jordania.

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