Hoy mi verso sube al asta,
y desde allí con gran honor
saluda al Bicentenario
por su gesta y su valor
A los hombres y mujeres
que sin miedo se arriesgaron,
conquistar la libertad
era el sueño más preciado
Es que tú Bicentenario
naciste en la gallardía,
en el ímpetu que brota,
de la esperanza bravía
¡Libertad, independencia!
Era el grito que se oía
pues forjar propio destino
era lo que se quería
Y aquel junio en Carabobo
sería el momento oportuno
un veinticuatro inmortal
mil ochocientos veintiuno
Ahí quedaron las huellas
de tanto prócer valiente,
allí se regó la sangre
Negro Primero imponente
Aun se oyen los gritos
De Bolívar que comanda
junto a Páez, junto a Mariño
Bermúdez, Cedeño, Plaza
Venga don Bicentenario
deme el bastón y sombrero
y antes de hacerme un reclamo
acepte un café le ruego
Sé que ha vuelto para ver
cómo sigue su legado
doscientos años después
¿Qué tanto lo hemos cuidado?
Pero antes de contarle
como han estado las cosas
quisiera nos cuente un poco
de la batalla gloriosa
Entonces Bicentenario
tras un sorbo de café
comenzó a contar de apoco
como la batalla fue
El clarín sonó a las once
el combate comenzó
y en solo tres cuartos de hora
la contienda terminó
La batalla fue de honor
casi no hubo artillería
porque aquellos combatientes
cuerpo a cuerpo se batían
Bolívar a la cabeza
desde el Cerro Buenavista
afinó cada detalle
para una contienda limpia
Cedeño, Plaza y Páez
comandan las divisiones.
Había sueños de libertad
pero también hubo acciones
Manrique, Vásquez, Ibarra,
Salón, Muñoz y Rondón
soldados que dieron todo
en nombre de su nación
Por los realistas La Torre
Igual, muy bien preparado,
pues defender la Corona
fue su objetivo sagrado
Aquel campo de batalla
sin más, se llenó de duelo
Manuel Cedeño, Farriar
el grande Negro Primero
Pero así son las batallas
hay que arriesgar el honor
por defender una causa
y hay que hacerlo sin temor
Además Ambrosio Plaza
falleció por las heridas,
mujeres y hombres valientes
allí dejaron su vida
Que hoy la historia ofrenda
en colosal monumento
Soldado Desconocido,
guerreros del regimiento
Y aunque el triunfo fue patriota
quedaron unos reductos
que había que derrotar
para el laurel absoluto
Fue la Batalla del Lago
y otra ahí en Puerto Cabello
con Urdaneta, con Páez
donde al fin se puso el sello
De allí salieron leyendas
algunos datos curiosos
y preguntas sin respuestas
que aquí brevemente esbozo
Mil ochocientos catorce
en esa misma sabana
con triunfo de los patriotas
fue una primera batalla
De Francia, España y Holanda
había hombres con Bolívar
y algunos venezolanos
al español defendían
Nuestro ejército patriota
usaría por vez primera
uniformes militares,
tipo liqui liqui eran
Aquí el Indio Tinjacá
fiel servidor de Bolívar
junto con “Nevado” el perro
igual perdieron la vida
Después de lograr el triunfo
Bolívar a Páez asciende
como General en Jefe
por su espíritu valiente
Allí donde está la tumba
Soldado Desconocido
dicen sale la llorona,
con cadenas hace ruido
Monolito de Bolívar
que en la plaza hoy se admira
para el Campo Carabobo
esa estatua fue traída
A Camejo lo enterraron
en el más cercano templo
dicen que fue en Tocuyito
entre muchos otros muertos
A cien años de la gesta
se hizo allí un monumento
porque Juan Vicente Gómez
quiso honrar aquel momento
Luego al sesquicentenario
se alzó el Altar de la Patria
recuerdo estuve presente
con mi espíritu de gracia
Y en mil ocho cuatro cinco
para marzo el día treinta,
cuando España reconoce
nuestra justa independencia
Ahora quiero, cuente usted
me pide el Bicentenario.
Y yo sentí que subía,
como Jesús al calvario
No sé cómo mirarle a la cara
o brindarle de pie un aplauso
aunque todos sabían que vendría
se esperaba que fuese más fausto
Pero el vil infortunio hace rato
que destroza la historia y la vida
con su ego de héroe frustrado
se desboca sin riendas ni brida
No, no crea, que estoy alegando
que tal vez no es su culpa, sí mía
o que acaso aprendimos muy poco
de Bolívar y su gallardía
Es difícil hacerle una fiesta
sin haber su legado cuidado,
la memoria de los que cayeron
por mi culpa su honor se ha manchado
Y aunque siento tristeza y vergüenza
yo lo invito a que entre a mi casa,
tal vez tenga algunas ideas,
y se acabe por fin la desgracia
Necesito pedirle perdón
por no haber cuidado el legado
el que allá en Carabobo sembró,
con arrojo y valientes soldados
No se vaya, espere un momento
no me haga lo que otros han hecho
que se callan ante la injusticia
o reciben por premios, pellejos
Necesito su apoyo moral
que alimente mi fuerza maltrecha
porque quiero honrar su heroísmo
conquistando nueva independencia
Gritar eso que dijo Miranda,
en la calle y con gran alegría
¡Libertad, que viva que viva
desterramos la vil tiranía!
Y así usted, don Bicentenario
festeje por fin el sabor
con nosotros de aquella batalla
el coraje, su estirpe y valor
¡Alzad la bandera del justo!
¡Proclamad un nuevo decreto!
Y hagamos que el Bicentenario
a mi tierra le traiga el respeto
Ya lo dijo el grande Bolívar,
Y lo grito de nuevo en mi pecho
“¡Cuando la tiranía se hace ley,
la rebelión es un derecho!”.
¡Que viva el Bicentenario!
¡Un viva por Carabobo!
Y que viva mi Venezuela
con su gente… el mayor tesoro
Don Pío Lara