Me contaba el profesor
y amigo Edgar Lizardo
de una hermosa tradición
de la Valencia de antaño
Trata de un Niño Jesús
que llamaban del Cabriales
un pesebre, un belén
al lado de sus caudales
También Alicia Castillo
profesora y gran amiga
me contó unos pormenores
de esas fiestas hoy extintas
Sucedió en los años veinte
hasta casi los cincuenta
a las orillas del rio
muchos lavaban sus prendas
Era el “servicio de adentro”
de aquellos tiempos lejanos
que a lavar iban al río
en sus quehaceres de diario
Y en época decembrina
las mujeres lavanderas
colocaban un pesebre
en el río y sus riberas
Era María del Socorro
la virgen de aquel belén
una cayena en sus manos
bendiciones y un amén
El patriarca San José
excelente carpintero
se dice que había llegado
desde el Camoruco viejo
Y desde el Morro contento
anunciando nuevas buenas
el Ángel Gabriel avisa
que el mesías por fin llega
De La Guacamaya vienen
los sin par tres reyes magos
que traen cantos de tolditos
entre abrazos y regalos
Y sobre la humilde cuna
con su rostro bondadoso
el niño Jesús bendito
reluciente y muy hermoso
Una mula junto a un buey
inquitas y sorprendidas
de ver como aquellas cabras
se pasean muy floridas
Por supuesto, parranderos
que con versos al Mesías
glorifican el momento
y lo llenan de alegría
Si llegaban en la noche
ya no había lavanderas
pero sus velas traían
en los faroles o estrellas
Y con el cuatro en la mano
Edgar nos brinda sus versos
dedicados al niñito
el mesías del universo
“El cielo se hizo más azul
y brilló la estrella como en Belén
y todo el mundo lo supo,
y todo el mundo lo supo,
que en Valencia había nacido,
El Salvador, Nuestro Rey”
Fragmento; aguinaldo de Edgar Lizardo
Ahora, si era en la semana
que las lavanderas iban
cómo no había parranderos
ellas, versos improvisan
Unos al divino niño
otros eran muy jocosos
he aquí unos ejemplos
de aquellos tiempos hermosos
“Niño Jesús del Cabriales
yo no sé cantar bonito
pero te pido en mi alma
la salud para toditos”
“Niño Jesús del Cabriales
ablándale el corazón
al señor dueño de casa
que deje de ser gruñón”
De vez en cuando se escuchan
los muchachos en el pozo
que disfrutan de un buen baño
y la pasan muy sabroso
Y alguna que otra velada
junto al río se organizó
donde vino la familia
y del belén disfruto
Tal vez allí disfrutaron
un dulcito de lechosa
se comieron una hallaca
bebidas espirituosas
Y desde el Puente Morillo
los vecinos de San Blas
se acercan también con cantos
compartir es navidad
Asimismo, sobre el puente
se escucha una algarabía
son aquellos pasajeros
que viajan en el tranvías
Desde entonces bajo el puente
¿Cuánta agua habrá corrido?
Solo quedan los recuerdos
por aquellos tiempos idos
Porque ya el río no es claro
las lavanderas no están
el progreso y la inmundicia
las sacaron del lugar
Pero queda en la memoria
esa muy grata vivencia
que se dio en esta ciudad
es decir, en mi Valencia
Mil gracias, de corazón
al profesor Edgar Lizardo
por compartir con nosotros
este grandioso relato
Igual a la profe Alecia
por tomarse un tiempito
y aportar algunos datos
de este hecho tan bonito
De ahí me fue con el cuento
a travesura Cultural
y al año 2021
se pudo representar
Ahí en Puente Morillo
Que a guardado en su memoria
De aquella vieja Valencia
Un montón de sus historias
Porque la idea de estos versos
Es devolverle a la ciudad
con creces esos recuerdos
que forman su identidad
Así el joven valenciano
y los niñitos también
conozcan algo de historia
de la Valencia de ayer
Edgar Lizardo de nuevo
y a doña Alecia castillo
muchas gracias por la historia
del Cabriales y su niño
Ahí el Niñito Jesús
se asomó y mi hizo un giño
y me dio su bendición
como un gesto de cariño
Luego me vine hasta aquí
a contar este relato
Niño Jesús del Cabriales
de Valencia algo grato
Don Pío Lara