Caracas, San Cristóbal, Lara, por todas partes se escuchan los gritos de los vendedores de boletos en el terminal de pasajeros Big Low Center de Valencia, justo allí estaba Iliana Ferreira, atareada entre el calor, la lluvia y la bebé que llevaba en brazos junto con la pequeña maleta en la que cargaba con todos los artículos para su viaje.
Su destino, el terminal de la Bandera en Caracas. Por suerte el Big Low Center está prácticamente vacío. Camina entre las pocas personas, preguntando precios de boletos. Varían entre dos mil 500 y tres mil 200 bolívares, dependiendo si desea viajar con aire acondicionado o no.
Pero Ferreira busca economía, anteriormente, en las vacaciones viajaba a Caracas donde tiene familia, pero desde agosto de 2016 no iba al terminal. Los gastos de la bebé la dejan a penas conseguir comida. Decidió por la ruta sin aire acondicionado.
Los vendedores agarran a todos los que pasan, «¿a dónde va?» es típico escuchar, gritan sus destinos para atraer a las personas, aunque la disminución de viajeros es evidente.
La directora del terminal, Norelia Rodríguez, detalló que el jueves y viernes de Semana Santa se reduce la cantidad de usuarios.
Este año, para la vendedora Suly Lucena, el porcentaje de pasajeros es menor que otras temporadas, calcula que disminuyó en 30 por ciento.
Rutas paralizadas por falta de repuestos
En el 2016 había alrededor de 116 autobuses solamente en una de las líneas de transporte. Los problemas de repuestos redujeron esta cantidad de unidades. Para el inicio de 2017 tenían 12 autobuses, en esta semana solo quedan ocho, informó Alfredo Correa, trabajador del lugar.
Las rutas del Big Low Center, a pesar de los pocos temporadistas, se mantendrán abiertas al público para garantizar la movilización.
