Foto Andrés Galindo

El Terminal de Pasajeros de Valencia se muestra desolado, pese a que la autoridad única de transporte en la región, Gilberto Ceballos, indicó todo lo contrario. 

Los autobuses se encuentran vacíos por la falta de efectivo, el poco nivel adquisitivo del ciudadano común y los elevados costos de los pasajes, comentaron los transportistas y usuarios.  Para Ceballos tal afirmación no es cierta. En sus declaraciones a la prensa señaló que más de 70 mil temporadistas han partido desde este terminal. «Todos están felices disfrutando de los carnavales»

Ante la interrogante periodística sobre la disminución de pasajeros hacia destinos turísticos, Ceballos aseveró que muchos optaron quedarse en su casa para compartir en familia y gozar de las actividades dispuestas por la Gobernación de Carabobo.

Los choferes tienen otra versión. En el transcurso de la temporada no ha habido pasajeros. Anteriormente tenían que habilitar nuevas unidades por la demanda existente. Hoy, a duras penas logran salir dos autobuses por ruta.

El primer autobús salió a las 8:00 a.m. para La Guaira. El transportista esperaba desde las 4:00 a.m. que se completaran los 32 puestos, pero nadie se acercaba. 

Los 55 mil bolívares que cuesta el pasaje representan una elevada cifra para los viajeros, que deben cancelar en efectivo.

ALTERNATIVAS DE PAGO

Los conductores han tenido que optar por otros mecanismos, como el pago con comida. «Cuando no tienen efectivo para pagarnos, le decimos que nos compren el almuerzo o el desayuno, ya que no tenemos punto de venta ni aceptamos transferencias»

Todos concordaron en que las ganancias por realizar estos viajes son mínimas, debido a que los dueños de las unidades se quedan con el 70%. Los repuestos están costosos y las personas ya no salen como antes.

El efectivo está escaso, al igual que los temporadistas en el terminal (Foto Andrés Galindo)

VIAJE INSEGURO 

La inseguridad está latente en cada rincón del terminal, a pesar de las diversas patrullas policiales dispuestas en el lugar. En plena madrugada asaltaron a un colectivo que se dirigía hacia Chichiriviche, bajo la mirada indiferente de los uniformados, manifestó uno de los chóferes.

Los funcionarios sólo aparecen para cobrar una comisión para dejarlos operar allí, detalló un conductor a condición de anonimato para resguardar su seguridad. «Todos los días nos quitan una cuota. Si les dices que hay alguien raro dentro no te paran pero para cobrar ahí si están»

El hombre recordó que en una oportunidad, «El Carro de Drácula» fue hasta el sitio para decomisar efectivo que supuestamente estaba siendo revendido. «En las fotos policiales sólo aparecieron los billetes de 100 y de 50, las demás denominaciones se perdieron».

En ese procedimiento hubo 40 detenidos, de los cuales fueron liberados 30 tras pagar una cuantiosa suma. El declarante denunció que el resto sigue en prisión por no contar con los recursos económicos suficientes para cancelar lo que les piden.

A estos se suma la falta de iluminación del recinto y la revisión de cada usuario del terminal.

La autoridad única de transporte no ha respondido a esta demanda, aunque hizo acto de presencia en el sitio. No habló con los transportistas ni los pasajeros. Sólo anunció que como parte del plan de gobierno de Lacava, un equipo de limpieza está despejando al recinto de la suciedad y la basura.

La autoridad única de Transporte en la región, Gilberto Ceballos, visitó el terminal pero no habló ni con los usuarios ni los transportistas (Foto Andrés Galindo)

¿TRANSPORTE ÓPTIMO? 

La mayoría de las unidades viaja con los cauchos lisos, lo cual está prohibido por ley. «Sabemos que es muy inseguro pero lo que ganamos nos alcanza para medio comer, por lo que no podemos comprar neumáticos nuevos» recalcó uno de los chóferes.

Los autobuses usan aceite quemado, que ya alcanza los 100 mil bolívares debido a que uno nuevo ronda por el millón. Las promesas de la gobernación de ayudar a este sector quedaron en palabras, reiteraron los trabajadores.

Con fe en Dios, los transportistas hacen su recorrido, ya que no cuentan con unidades óptimas para el trasladado seguro de los pasajeros.

Los transportistas viajan con los cauchos lisos ante la falta de repuestos (Foto Andrés Galindo)

NI CAFÉ NI AGUA 

Los negocios ubicados en el terminal también se han visto afectado por la poca afluencia de personas.

La venta de café, cigarros y agua ha disminuido vertiginosamente, apuntó una de las vendedoras. «Ya nadie compra. No hay efectivo para hacerlo, cada día se hace más complicado»

El tradicional «cafecito» de todas las mañanas está en ocho mil bolívares, un cigarrillo tiene el mismo precio. Los temporadistas se abstienen de comprar. 

La vendedora ya no tiene los mismos ingresos que antes (Foto Andrés Galindo)



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