urnas de los comicios de Brasil
Las urnas pasan por auditorías previas y posteriores a la elección. Foto archivo: EFE

Todos los modelos de urnas electrónicas utilizados en los comicios presidenciales de Brasil pasaron por controles de seguridad y la auditoría que intenta demostrar que hubo más votos para Lula en las máquinas anteriores a 2020 presenta inconsistencias en los datos.

La desinformación sobre las máquinas de votación continúa casi un mes después de las elecciones presidenciales del 30 de octubre en los que ganó Luiz Inácio Lula da Silva por un estrecho margen, al recibir el 50,9% de los votos frente al 49,1% que obtuvo el actual gobernante, Jair Bolsonaro.

Usuarios en redes sociales comparten un video en español de la cadena 7NN que denuncia irregularidades en las urnas con base en un «informe» privado anónimo.

La primera semana tras los comicios se viralizó una supuesta auditoría de autores desconocidos publicada en la página web «Brasil Was Stolen», publicitada por el consultor político Fernando Cerimedo, dueño de la Derecha Diario y afín a Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente.

El video de 7NN repite dos premisas del documento de esa organización. El primero es que hay dos tipos de urnas, las «máquinas electrónicas con modelo 2020, que son auditables por las autoridades», y las de modelos pasados, «no auditadas», en las que «sospechosamente» hubo más votos para Lula.

También aseguran que hubo «miles» de dispositivos de votación que tenían cero votos para Bolsonaro, y que todas eran máquinas anteriores a 2020, y por lo tanto, sin auditar.

Todas las máquinas electrónicas pasaron controles

Pero todas las urnas electrónicas pasaron por estrictos procesos de vigilancia y revisión, sin que se encontraran fallas de seguridad.

Las elecciones cuentan con urnas de distintos años, y las máquinas obsoletas son gradualmente reemplazadas por otras más nuevas, en cada elección. Para estos comicios, fueron utilizados seis modelos: 2009, 2010, 2011, 2013, 2015 y 2020.

Las urnas pasan por auditorías previas y posteriores a la elección, auditorías del código fuente del software, que se puso a disposición un año antes para inspección de múltiples actores, entre otros exámenes, como recoge la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Además, el Tribunal Superior Electoral (TSE) organiza unas pruebas públicas de seguridad en las que cualquier ciudadano de más de 18 años puede inscribirse y poner a prueba un plan de ataque para vulnerar las urnas, en un desafío abierto durante una semana.

Este examen se celebró en 2021 para las urnas del modelo 2015, pero no para las de 2020, por retrasos en «la manufactura, adquisición y preparación de los nuevos modelos», explica Arthur Leandro, profesor de Políticas Públicas en la Universidad Federal de Pernambuco.

Por otra parte, las urnas anteriores al modelo 2015 pasaron por las pruebas abiertas en años anteriores, además de otro tipo de exámenes, sin que tampoco se hallaran fallas de seguridad.

Los exámenes de las urnas modelo 2020

Como las urnas modelo 2020 no habían podido examinarse en la prueba pública de seguridad, la Justicia Electoral firmó un convenio con la Universidad de Sao Paulo (USP), la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE) y la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) para que las analizaran.

André Luis de Medeiros, profesor de informática de la UFPE y miembro de la Comisión de Transparencia del TSE, creada precisamente como respuesta a las dudas sembradas sobre las urnas, explica a EFE Verifica que desde la universidad tuvieron libertad completa para revisar el código.

El académico enfatiza en que el código fuente de los modelos 2020 que revisaron es en esencia el mismo que el de modelos anteriores.

«Es gracioso porque las Fuerzas Armadas y el Ejército empezaron a sembrar dudas sobre las urnas 2020 porque no habían sido revisadas en las pruebas públicas, pero cuando nosotros llevamos a cabo la revisión, se cambió el relato para decir que eran las únicas que habían pasado alguna auditoría, algo falso», dice el profesor.

El día de las elecciones además se eligieron 642 urnas en todos los Estados al azar para simular una votación y comprobar que la preferencia del voto depositado coincidía con el resultado que computaba la urna.

Inconsistencia en los datos

La auditoría de «Brasil Was Stolen» adjunta un gráfico -compartido después por 7NN- con los votos agrupados entre las urnas anteriores y la de los modelos 2020, para concluir que en las más antiguas hay una mayor concentración de votos para Lula.

Pero Leandro afirma que esto pasa porque «los dispositivos de votación más nuevos se utilizaron principalmente en las capitales y regiones metropolitanas, donde Bolsonaro tuvo un mejor desempeño, y los dispositivos de votación más antiguos se utilizaron más en el interior, donde Lula ganó con una ventaja más amplia».

Un informe hecho por la USP, la Universidad Federal de Sao Carlos (UFSCar) y la Universidad Federal del ABC asegura que no tiene sentido separar las urnas 2020 de las anteriores y acusa de graves carencias en los datos del informe de «Brasil Was Stolen».

Por otra parte, el profesor Caio Gomes, de la Universidad del Estado de Sao Paulo (Unesp), analizó con datos del TSE los votos obtenidos por los candidatos dentro de los colegios electorales en los que se utilizaron simultáneamente dispositivos de votación nuevos y antiguos, como ocurrió en 461 colegios.

Su análisis encontró que no hubo ninguna variación estadísticamente relevante, por lo que Lula y Bolsonaro recibieron votos similares en dispositivos de votación antiguos (anteriores a 2020), y nuevos, (a partir de 2020), al comparar los resultados de un mismo colegio electoral.

¿Miles de urnas con cero votos para Bolsonaro?

Por último, el programa de televisión afirma que el estudio encontró «miles de casos con urnas que tenían cero votos para Bolsonaro».

Sin embargo, Lula obtuvo el 100% de los votos válidos en 143 urnas, lo que representa menos del 0,03% de los 496 mil 512 colegios electorales del país, mientras que Bolsonaro lo logró en apenas cuatro zonas electorales, como menciona el medio especializado en datos Agencia Tatu.

Las 147 secciones donde uno de los dos candidatos obtuvo un voto cero registraron solo 17 mil 166 votos totales, entre blancos y nulos.

En resumen, todos los modelos de urnas electrónicas utilizados en las elecciones presidenciales de Brasil pasaron por controles de seguridad y el informe que intenta demostrar que hubo más votos para Lula en las máquinas anteriores a 2020 presenta inconsistencias en los datos.




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