La segunda reunión del llamado Diálogo Nacional que se está realizando a instancias de El Vaticano terminó el sábado 12 de noviembre con algunas conclusiones.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) manifestó que para quienes saben que desalojar del poder a una régimen inconstitucional y violento por vía pacífica y legal es una tarea muy dura, el haber logrado acuerdos que permitan la libertad de un número creciente de presos políticos, resolver la situación de los diputados de Amazonas, sacar a la Asamblea Nacional del falso “desacato” establecido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)  y construir un acuerdo para definir en forma consensuada una nueva correlación de fuerzas en el Consejo Nacional Electoral, pueden ser considerados pasos iniciales de cierta importancia.
Comunicado de la MUD

 

Qué significa esto? ¿”Con qué se come” esto? Veamos: Cuando en el comunicado se dice expresamente “instar a los poderes públicos competentes a actuar en la resolución del caso Amazonas en términos perentorios” el texto se refiere no sólo a la urgente necesidad de solventar y resarcir la injusticia cometida contra el pueblo amazonense, cuando el gobierno le arrebató judicialmente su representación parlamentaria para de esa forma desconocer la mayoría calificada de dos terceras partes obtenidas por la Unidad en la Asamblea Nacional, sino además se procura dar los pasos necesarios para dejar sin piso ni pretexto al Tribunal Supremo de Justicia que al decretar que el Parlamento está “en desacato” por haber incorporado a los diputados de Amazonas, inhabilitó de hecho al Poder Legislativo desconociendo así el voto de casi 8 millones de venezolanos.

Y resolver esta situación es urgente, porque el próximo 4 de diciembre se vence el período de dos rectores del Consejo Nacional Electoral, y es esta una oportunidad crucial para, definiendo una nueva correlación de fuerzas en el poder electoral, poder tener entonces la posibilidad de tener un CNE que organice elecciones en vez de sabotearlas.

Dicho de manera clara, ese es el punto: Hay que resolver el tema Amazonas para sacar a la Asamblea Nacional del supuesto desacato; Hay que superar esa inhabilitación del Parlamento para poder reconfigurar el CNE; Hay que reestructurar el CNE para poder tener elecciones. Más claro, imposible.

Sin embargo, tal claridad no parece evidente para algunos compatriotas que lamentan, con razón, que en el comunicado no aparecen las palabras “referendo revocatorio” o “elecciones adelantadas”. Tal queja es justa, porque precisamente eso es lo que está exigiendo la inmensa mayoría de los venezolanos: La devolución de nuestro derecho al voto, al referendo revocatorio, a decidir en elecciones como cambiar este presente terrible para poder construir un futuro mejor.

Sin embargo todo aquel que ha participado en una discusión de contrato colectivo lo sabe: Las cláusulas importantes son las que se resuelven al final de todo proceso de intercambio, diálogo o negociación. Y en eso, precisamente, estamos, nos guste o no: Negociando con quien secuestró nuestro derecho al voto. El secuestrador está armado, y tiene rehenes. La Venezuela democrática es mayoría, una mayoría desarmada. Esa mayoría desarmada está enfrentada a una cúpula que es minoritaria, pero esta armada hasta los dientes. Resolver pacíficamente esta contradicción es clave para poder entregar a nuestros hijos un país en reconstrucción y no los escombros de una guerra.




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