Desde hace un año y cuatro meses la ensambladora de vehículos Chery, planta Guacara, tiene sus operaciones totalmente paralizadas presuntamente por falta de divisas y material de producción. De no retomarse la producción la empresa cerraría sus puertas.
En esta redacción, un grupo de trabajadores denunció que la empresa ya no se encuentra operativa, lo que ha llevado a parte del personal a presentar sus renuncias. Sin embargo, un significativo grupo de empleados se mantiene laborando con la esperanza que se reinicie la producción. Aseguraron que gran parte de ellos son profesionales que desean seguir en sus puestos de trabajo.
La planta se inauguró en el 2013 y llegó a su máxima capacidad ensamblando 45 unidades por día, en un turno de ocho horas, posteriormente tuvo una declinación alarmante hasta llegar a la paralización total en 2016.
Conscientes de la situación económica los trabajadores se han comprometido a colaborar para que la empresa pueda continuar sus operaciones. De existir un cierre, más de 100 trabajadores quedarían desempleados, desfavoreciendo los ingresos económicos de sus familias.
Los empleados afirmaron que se ha hecho reducción del personal de manera indirecta, con el ofrecimiento de una «cajita feliz» como estrategia para que el trabajador renuncie por voluntad propia. A pesar de ello, afirmaron que no presentan retrasos con el pago de sus salarios estipulados por la ley.
«La mayor indignación es el comportamiento poco profesional del licenciado de Relaciones Industriales, Luis Vizcaíno, quien predica con voz alzada que renunciemos porque la empresa va cerrar sus puertas de manera definitiva», manifestaron, haciendo énfasis en la poca ética profesional que esto implica.
Los trabajadores aseguraron que esta misma situación se presenta en el Centro Nacional de Repuestos y la planta ubicada en Las Tejerías, estado Aragua, que cuentan con más de 300 trabajadores.