Trabajadores protestaron en la Plaza Bolívar por los bajos sueldos de la gobernación de Lacava
Foto: Dayrí Blanco

No hay duda: los 400 mil bolívares semanales que reciben los trabajadores de la gobernación los tienen en la miseria. Es un drama que Carlos Michelena, presidente del sindicato de obreros que dependen de la administración de Rafael Lacava, define como “esclavitud moderna”.

Ellos ya no pueden más. No tienen la capacidad económica para sustentarse. “¿Con qué comemos? ¿Con qué llegamos a nuestros centros de trabajo? ¿Con qué tenemos para la salud y el bienestar?”, fuero solo algunas de las preguntas que se hizo el representante gremial la mañana de este miércoles durante la protesta que realizaron en la Plaza Bolívar de Valencia.

La manifestación tuvo un único objetivo: seguir llamando la atención del gobernador Lacava para que se reúna con ellos. “En recursos humanos nos reciben, pero no nos dan respuestas”.

La secretaria general del sindicato de empleados de la gobernación, Yudermi García, aseguró que siguen con acciones de calle levantando la voz porque viven condiciones críticas respecto al salario, la salud y la alimentación.

“Nuevamente hacemos un llamado al gobernador porque necesitamos espacios de conciliación. Merecemos el respeto que le hemos dado a su envergadura. Que las reuniones sean de soluciones viables y concertadas”.

Obligados a trabajar sin bioseguridad

No se trata solo de un problema salarial. Michelena denunció que algunas secretarías de la gobernación están llamando a su personal a reincorporarse a las labores, a pesar de que no se ha declarado la reanudación de la faena durante la cuarentena.

“Están haciendo esto para que asistan sin ningún mecanismo de bioseguridad, no tienen transporte ni cómo asistir a sus puestos”.

Recordó que el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel) publicó una serie de condiciones para que los puestos de trabajo tengan garantías “y ninguna secretaría as cumple”.

Pese a esto, actualmente le piden al personal que acudan a cumplir con sus labores dos veces a la semana, pero en tan solo una jornada pierden el sueldo de todo un mes en pasaje. “Algunos piden prestado, otros la cola, y hay quienes caminan, pero nada de eso se justifica porque prácticamente los trabajadores están pagado para ir a trabajar y eso no puede ser”.

Para Michelena ellos se han convertido en magos. “A veces no entendemos cómo hacemos, si tenemos una emergencia de salud la familia, amigos y compañeros nos ayudan, porque con lo que ganamos no podemos, no tenemos HCM ni ningún beneficio en la gobernación”.




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