Paradas repletas de pasajeros en espera de transporte. ( Foto Angel Chacón)

El transporte público se ha convertido en un verdadero drama para los carabobeños. Largas horas de espera y caminatas interminables para llegar al sitio del destino, se visualizan en una entidad arropada por la violencia y la miseria.

Gabriela Páez es una estudiante de Comunicación Social. Por la crisis económica, se ve obligada a combinar sus estudios en la Universidad Arturo Michelena con otros dos trabajos, uno fijo y el otro, a través del internet.

Para asistir a su empleo fijo debe agarrar dos autobuses: Uno desde San Diego hasta Puente Bárbula y el otro desde ese punto hasta el Centro Comercial La Granja. «Conseguir transporte es una hazaña en estos momentos. Además, se juntan otros problemas como el efectivo y la inseguridad mientras uno está esperando que pase la unidad» comentó mientras aguardaba en la parada.

El sueldo, a duras penas alcanza para el pasaje

Paéz señaló que su sueldo a duras penas le alcanza para costear el pasaje. Diariamente, recibe improperios de parte de los colectores debido a que muestra su carnet estudiantil para pagar la mitad de este.

La muchacha recalcó que los transportistas piden consideración pero, ellos no la tienen con los usuarios ya que en su mayoría, no dejan subir a las personas de la tercera edad, no respetan el acuerdo del pasaje estudiantil y quieren cobrar una tarifa que no está autorizada de dos mil bolívares en adelante.

La estudiante aseveró que de prestar un buen servicio y haber un mecanismo de facilitación para el pago por vías eléctronicas o tickets como los que daban antes, las personas estarían dispuestas a cancelar un precio que vaya acorde con las necesidades del sector transporte pero también con las de la colectividad.

TRANSPORTE ALTERNO: UNA HUMILLACIÓN A LA CIUDADANÍA

La alternativa al problema es una humillación a la ciudadanía, indicó con molestia Pedro Azuaje, un abogado que ha tenido que montarse en los camiones improvisados que anteriormente se usaban para el trasladado de alimentos o ganado. 

LACAVA PROMETIÓ MEJORAS EN TRANSPORTE Y NO CUMPLIÓ 

Azuje apuntó que el gobernador de la entidad, Rafael Lacava, prometió un mejor sistema de transporte pero que a tres meses de la elección, esta premisa quedó sólo en promesa. «Los primeros días hizo mucha bulla con los TransCarabobo pero esos no aparecen por ningún lado. Los pocos que se consiguen ya ni aire acondicionado tienen» 

Por necesidad, se ha montado en los camiones Encava que no cuentan con ventilación, en donde le cobran hasta tres mil bolívares, lo que representa un gasto significativo en sus finanzas.

El profesional aseguró que le cuesta llegar a su sitio de trabajo por lo que debe salir dos y hasta tres horas antes.

EL RECORRIDO POR EFECTIVO 

Pagar el pasaje se ha tornado una odisea debido a la falta de efectivo. Rosario Esquivel recorre semanalmente varias entidades bancarias para lo que ella cataloga como un milagro: Encontrar dinero para poder cumplir con sus labores como empleada en una pequeña oficina.

Esquivel manifestó que diariamente gasta 12 mil bolívares, cuando el banco apenas da 10 mil si posee el efectivo. «Cómo es posible que ni los bancos tengan plata y uno tenga que prácticamente parir para pagar el transporte»

La fémina puntualizó que mensualmente, su salario fijo de 248 mil 510 bolívares se le va en costos del pasaje, por lo que se ha visto obligada a «matar tigritos» para cubrir otros gastos como el de la alimentación. 




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