gasoil transportistas carabobo valencia
Cola de gasoil en el Big Low se extienden alrededor de una cuadra larga. Foto: Francis Tineo

Hasta tres días deben permanecer los transportistas de Carabobo en las estaciones de servicio esperando combustible, mientras que los autobuses Transdrácula de la gobernación son abastecidos diariamente.

George Petkovic ha recorrido varias bombas y en todas le dicen que no hay gasoil. La madrugada del miércoles se incorporó a la cola kilométrica de la E/S Big Low donde se encuentran varadas más de 150 camioneticas. Jamás había hecho una fila de semejante extensión, ni tan alejada de la estación.

A diferencias del resto de los conductores de pasajeros, los Transdrácula aguardan la gandola diagonal al desolado terminal, a pocos metros de la bomba. “Ellos llegan a cualquier lado sin hacer cola. Se llevan a todos por delante, pasan de primeros y a nosotros siempre nos marginan”, denunció Petkovic.

Conductor extiende colchoneta en maletero de autobús para dormir mientras espera gasoil. Foto Francis Tineo

Transportes privados también padecen

Roseliano Flores continúa en la E/S Bosqueserino (variante Bárbula – San Diego) aunque los funcionarios de seguridad ya le indicaron que por este miércoles no surtirían gasoil. Con su vehículo tipo van realiza el transporte para los empleados de una empresa de alimentación, pero en esta semana de flexibilización de la cuarentena no ha podido trabajar por falta de combustible. Sus pasajeros tampoco.

Los compañeros de cola de Flores habían intentado abastecer sus tanques en las estaciones del Big Low, Los Guayos y El Prado, pero las autoridades a cargo les negaron el suministro por tratarse de rutas privadas.

Para Edgar Bosque la situación se ha tornado caótica y la corrupción ya es evidente. “Los guardias primero pasan a sus allegados y en todo el día la cola avanza muy poco.  Para nosotros es cada vez más difícil trabajar: o esperamos el gasoil, o no cargamos al personal”.

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Transportistas se entretienen en las colas jugando dominó. Foto Francis Tineo.

Soportar el hambre

Los conductores ya no encuentran qué hacer con tanto tiempo de espera. Algunos se arriman a la sombra de un árbol y juegan dominó tendidos en la acera, mientras otros hacen grupo alrededor de una corneta con vallenato a todo volumen.

Quienes no pudieron descansar en la noche por temor a la inseguridad, aprovechan el día para dormir y se quedan en franelillas para soportar el calor descomunal, aunque lo más inaguantable de las colas no es el trasnocho o el sudor, sino el hambre. “Esperamos que pase un vendedor ambulante para medio comprar algo porque no tenemos comida”, dijo Petkovic.

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Pasajeros se amontonana dentro de las pocas camionetas en circulación. Foto: Francis Tineo

La crisis de combustible también ha afectado a los pasajeros. Las pocas unidades en circulación trabajan a medio tanque acortando sus rutas y sin dar a basto a los usuarios que se amontonan en las paradas.

Al principio de esta semana la refinería Cardón de Falcón reactivó la producción de combustible, después de tres semanas de paralización. La refinería El Palito continúa inactiva, según dirigentes sindicales de la planta. Mientras tanto, los carabobeños, acostumbrados a ver colas por todas partes, esperan que el suministro se regularice.




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