(Foto Andrés Galindo)

El malestar contra la actitud de los transportistas se ha generalizado entre la población. Usuarios señalan que estos piden clemencia por falta de cauchos y otros insumos, pero no la tienen con los pasajeros.

La molestia se genera por la malintencionada práctica de aplicar rutas cortas, que no están permitidas, para que el pasajero se vea obligado a pagar dos y hasta tres pasajes.

Los transportistas argumentan que no reciben ingresos suficientes para comprar cauchos y otros insumos, mientras que los pasajeros sostienen que el sueldo a duras penas les alcanza para adquirir la comida.

Al parecer, a través de los sindicatos la mayoría de los transportistas se pusieron de acuerdo para hacer lo mismo. Las camioneticas que viajan desde Las Palmitas hasta Plaza de Toros, ahora solo llegan hasta el elevado de La Isabelica. Muchas de las que van desde el sur hasta Naguanagua, dejan a los usuarios en la avenida Cedeño.

Los pasajeros se ven en la obligación de tomar otra unidad, pero los hacen bajar en la redoma de Guaparo. Muchas personas optan por caminar largas cuadras porque no tienen dinero para pagar otro pasaje, pero quienes van para el Hospital Carabobo, por ejemplo, se ven obligadas a pagar un tercer pasaje.

Algunos conductores son tan descarados que dicen a los pasajeros que llegan hasta la redoma y cuando estos bajan vuelven a cargar. Lo mismo ocurre en otras rutas. Buena parte de quienes van desde Naguanagua a Valencia, solo cubren las ruta hasta la bomba Santa Ana, y algunos hasta la redoma de Guaparo. Por eso en esta zona de la avenida Universidad, siempre se ve a un gentío caminando.

(Foto Andrés Galindo)

Zoraida Paredes está cansada del abuso de los conductores, pero no puede hacer nada para remediarlo, porque eso les corresponde a las autoridades municipales y nacionales. “Tuve que pagar una camionetica hasta el Big Low, otra hasta La Cedeño y ahora me dejan en la redoma. Yo no tengo tanto real, eso es injusto”.

Julio Andrades tuvo que hacer un recorrido parecido, pero desde Los Guayos. Iba para el oncológico a llevar una medicina a su madre y tenía cerca de una hora esperando una camionetica en la redoma. “Tengo mucha impotencia por lo que está sucediendo, los choferes no tienen compasión con nadie”.

Berta Rivero tomó una camionetica en la avenida Bolívar, cuyo conductor anunciaba que solo llegaría hasta la redoma. Al llegar al sitio mandó a bajar a todos los pasajeros, recorrió como 20 metros y recogió a los que estaban en la parada porque iba para Bárbula. Por supuesto muchos de los que recién se habían bajado, se volvieron a montar y se negaron a pagar un pasaje nuevo.

Lo cierto es que las paradas de toda la ciudad siguen repletas de pasajeros a cualquier hora del día, porque no hay transporte suficiente para trasladarlos. A los usuarios les toca la peor parte, sobre todo cuando llueve.




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