Con el traslado de 103 presos foráneos que querían ser llevados a otros centros carcelarios del país, este jueves, en la noche, llegó su fin el conflicto que mantenían los internos del Centro Penitenciario de Occidente -CPO-, en Santa Ana del Táchira, municipio Córdoba.
Los reos, como medida de presión, el miércoles en la madrugada, tomaron de rehenes a nueve custodios, en demanda de una adecuada y regular alimentación; asignación de días para visitas de familiares; traslados de reclusos a internados judiciales de origen; respeto a la dignidad y derechos humanos, así como el cese de presuntos maltratos por parte, según ellos, del director del CPO I.
Tras tomar las instalaciones y a los rehenes, subieron a la azotea de la infraestructura y desde allí, con pancartas improvisadas, dieron a conocer sus demandas y denuncias; vale acotar que también causaron daños en algunas áreas, como por ejemplo, según se aseguró, en la oficina del director del CPO I
Familiares, preocupados por la integridad de sus parientes presos, se agolparon a las afueras del centro penitenciario durante las casi 40 horas que duró el conflicto; sin embargo, al no tener en sus manos o desconocer el listado de los presos trasladados, este viernes nuevamente se reunieron frente al penal, por cuanto requerían esa información.
En un audio difundido por un interno el jueves en la noche, donde anunciaba la finalización del conflicto, hacía énfasis en la importancia que tenía para los familiares conocer dicha información y agregaba además que las conversaciones las sostuvieron con Wílmer Aponte, quien sería el director del Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, con quien acordaron, primeramente, los traslados.
En cuanto al tema de la alimentación, el de la visita -dos veces a la semana-, así como la destitución del director del CPO I, entre otros, se desconoce a qué acuerdo llegaron y si habría algún tipo de sanción, administrativa o penal, para los responsables de ocultar gran cantidad de alimentos y medicinas, destinados a los presos, que nunca llegaron a ellos, pero fueron ellos mismos quienes los hallaron.
Tuberculosis en el Anexo Femenino
La tensa situación vivida en el CPO I y II esta semana sirvió para que las internas del Anexo Femenino también alzaran su voz de protesta, por cuanto sería la misma que denunciaron los hombres.
Una de ellas envió un audio en el que detalla a compañeras que padecen tuberculosis e infecciones que no estarían siendo atendidas por la directora del anexo, como tampoco estarían siendo asistidas las que sufren enfermedades crónicas, como la diabetes o cáncer.
Refiere sobre todo problemas similares con la alimentación y enfermedades desatendidas, “hay mujeres que necesitan ser operadas y no las sacan; dejan vencer las boletas de traslado para el hospital”.
“La familia nos trae comida y no la dejan pasar para no quedar mal, porque dicen que aquí todo está normal, pero no es así. Hay mujeres que ya tienen su libertad y no las han soltado, tienen hasta dos años de retraso procesal. La alimentación es mala, no hay visita de niños; o sea, son muchas cosas, pero nadie puede decir nada porque todo son amenazas hacia nosotras. La directora se asimila a pegarles a las privadas, sí, a darse coñ…, pero ella siempre dice que todo está bien, pero de verdad ya esto no lo aguanta nadie; queremos una solución”, explicó la interna en la nota de voz.
Con información de La Nación