El drama en la población de Las Trincheras es cada vez más agudo. Son varios los casos de COVID-19 que se han presentado en esa zona de Naguanagua en la que muchos viven entre precariedades económicas y los habitantes han hecho de todo para poder comprar los tratamientos de sus vecinos.
Venden tortas en medio dólar, rifas de una bolsa de comida por un dólar y se están preparando para realizar un sopazo este fin de semana.
Lo hacen de esa manera porque sienten que viven apartados de todo y en el olvido de los entes gubernamentales. “Ya van por la tercera rifa y no se está vendiendo porque las personas no tienen recursos”, indicó el dirigente vecinal del municipio, Adán Hernández.
Los datos que ellos manejan indican que son 16 los vecinos de Las Trincheras los que tienen el diagnóstico de COVID-19. “Están en sus hogares y algunos hasta se auto medican porque no tienen para ir a una consulta. Eso es muy peligroso”.
A ellos se suman entre 30 y 40 habitantes de la zona con sintomatología del virus pero que no han podido confirmar su contagio por la falta de pruebas PCR. “Aquí en el municipio Naguanagua las realizan únicamente en el Ambulatorio dr. Miguel Franco y en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) La Begoña”.
Sin atención sanitaria
Esos centros de salud están a 10 y 12 kilómetros de Las Trincheras y “además de tener que enfrentar las precariedades del transporte público para llegar, lo más que pueden hacer es anotarse en una lista de espera hasta que lleguen pruebas y poder saber si tienen o no COVID”.
Desde 2017 en Las Trincheras están cerrados tanto el ambulatorio como el CDI que funcionaban en la comunidad, tras la detección de una falla estructural. Y hasta la fecha no hay respuestas respecto a su operatividad, pese a que los vecinos han acudido en diferentes oportunidades a la gobernación con varias propuestas.
Ya antes habían asumido responsabilidades del Estado en cuanto a la solución de problemas relacionados con los servicios públicos, y ahora les ha tocado hacerlo por la salud de todos.
“La crisis de agua la hemos solventado con nuestros propios medios, pero un tema tan complejo como el tratamiento para el coronavirus es muy duro para nosotros. La solidaridad no da para tanto. ¿Cuántas tortas se tienen que vender, cuántas rifas se tienen que hacer para comprar medicinas tan costosas? Los ciudadanos no podemos sustituir a estado en materia de salud”.
