El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca el 16 de mayo de 2017. AFP

Tras semanas de tensos y en ocasiones confusos intercambios, llega el cara a cara: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe este miércoles en la Casa Blanca a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para hablar de Siria, de la suerte de los prisioneros yihadistas e incluso de la OTAN.

La conferencia de prensa conjunta de los dos mandatarios, prevista para el comienzo de la tarde, se espera sea sustanciosa y colorida. Más aún cuando coincide con otro evento clave en Washington: las primeras audiencias públicas en el Congreso de la investigación que busca una eventual destitución de Trump.

El inquilino de la Casa Blanca se enorgullece de saber negociar con dirigentes autoritarios. Pero sus tratos con Erdogan en las últimas semanas han sido, cuando menos, caóticos, suscitando preguntas sobre su estrategia en Siria.

Tras el anuncio de Trump del retiro de las tropas estadounidenses desplegadas en el noreste de Siria, Ankara lanzó el 9 de octubre una ofensiva militar contra las fuerzas kurdas aliadas de la coalición internacional que lucha contra el yihadismo.

«No seas un tipo duro. No seas tonto», le dijo Trump en una sorprendente carta a su homólogo turco tras el lanzamiento del operativo.

Fuertemente criticado, incluso en su propio campo, luego endureció su posición y amenazó con «destruir» la economía turca y autorizó sanciones contra Ankara, que fueron levantadas tras un acuerdo alcanzado a mediados de octubre.

Donald Trump (izq) recibe a Recep Tayyip Erdogan el 16 de mayo de 2017 en la Casa Blanca, en Washington. AFP

Pero el abandono de las fuerzas kurdas y el lugar dejado a Rusia en el conflicto sirio indignaron a numerosos legisladores, tanto demócratas como republicanos.

«Pensamos que particularmente es un mal momento para recibir al presidente Erdogan en Estados Unidos, le exhortamos a retirar la invitación», escribieron congresistas de ambos lados en una carta publicada el lunes.

«Debemos hablar con Turquía sobre Siria», respondió un alto responsable del Departamento de Estado bajo anonimato. «No es necesario ver estas visitas como recompensas sino como herramientas diplomáticas».

Las reticencias de Trump y la ofensiva turca generaron también tensiones en el seno de la OTAN -de la que Turquía es miembro-, que teme un resurgimiento del grupo yihadista Estado Islámico.

El presidente francés, Emmanuel Macron, estimó incluso que la OTAN está en estado de «muerte cerebral» debido a la falta de coordinación entre Europa y Estados Unidos y las acciones agresivas en Siria por parte de Turquía.

Misiles rusos

El encuentro entre los dos dirigentes llega en la víspera de una reunión en Washington de los ministros de la coalición internacional antiyihadista. La cita fue solicitada de urgencia por París tras el anuncio del retiro de los soldados estadounidenses.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el 10 de octubre de 2019. AFP

Pero más allá del tema sirio, las fuentes de fricción son numerosas.

Pese a los reclamos de Washington, Turquía compró sistemas de misiles antiaéreos S-400 a Rusia. En respuesta, Estados Unidos apartó a Turquía del programa de desarrollo del avión de combate estadounidense F-35, pese a las importantes inversiones de Ankara en ese proyecto.

«Estamos muy molestos», aseguró el domingo a la cadena CBS el consejero de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien. «No hay lugar en el seno de la OTAN para las compras importantes de armamento a Rusia».

De su lado, Ankara ha dejado claro su disconformidad tras la votación a fines de octubre de un texto en la Cámara de Representantes de Estados Unidos que califica de «genocidio» la masacre de centenares de miles de armenios, un término rechazado por Turquía.

La última visita de Erdogan a Washington, en mayo de 2017, estuvo marcada por los violentos enfrentamientos entre sus servicios de seguridad y manifestantes prokurdos en un barrio de Washington, delante de la residencia del embajador de Turquía.

La legisladora republicana Liz Cheney dirigió un mensaje al jefe de la diplomacia, Mike Pompeo, pidiéndole impedir el acceso a Estados Unidos a todas las personas que viajen con el presidente turco y que hayan participado en «el ataque contra ciudadanos estadounidenses que se manifestaban pacíficamente».

«El uso de la violencia por parte del régimen de Erdogan, desde cualquier lugar, es inhumano e inaceptable», escribió. AFP




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