El monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, la residencia de Benedicto XVI desde su renuncia hasta su muerte en diciembre de 2022, volverá a ser dedicado a la vida contemplativa y habitado por monjas benedictinas llegadas de Argentina.
El papa Francisco ha dispuesto que este monasterio, construido en los Jardines Vaticanos en 1992 por Juan Pablo II, "retome su finalidad original", informó la Santa Sede en un comunicado.
El edificio será utilizado por órdenes contemplativas para que «sostengan al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad», se lee en la nota.
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Para ello, Francisco ha convocado a las monjas de la Orden Benedictina de la abadía de Santa Escolástica en Victoria, en la provincia de Buenos Aires, y estas «generosamente han aceptado la invitación».
Se trata de seis monjas que formarán una comunidad monástica y empezarán a habitar este monasterio en los primeros días de enero de 2024.
El pontífice argentino ha dispuesto que la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano sea la responsable del edificio.
El lugar fue la última residencia y retiro de Benedicto XVI desde que se hiciera efectiva su histórica renuncia al papado en 2013 hasta su muerte el 31 de diciembre de 2022 con 95 años.
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