Alegre, contundente y decidida. Así fue la manifestación que este miércoles recorrió las principales avenidas de Caracas, para concentrarse en la avenida Francisco de Miranda de Chacao, en los alrededores de la plaza Juan Pablo II.

Desde El Marqués, Santa Fe, plaza Las Américas, Puente Nueva Granada, avenida Victoria, centro comercial Millenium, Plaza Madariaga y San José de Cotiza los ciudadanos comenzaron sus recorridos.

Un río de gente recorrió la autopista de Prados del Este, desde La Trinidad. En Santa Fe, Las Mercedes, en Chacao se sumaban caminantes. El distribuidor Altamira estuvo congestionado, pero esta vez de peatones. Las consignas eran recurrentes: «No quiero bono,no quiero clap, yo solo quiero que se vaya Nicolas, fue la más coreada. ¡Fuera Maduro!, ¡Renuncia Maduro! fueron repetitivas.

La principal aspiración era la celebración del 23 de enero de 2019 como una gesta similar a la de 1958 que acabó con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. La figura de Juan Guaidó emergió como el líder que aglutinó esa esperanza y así se comentaba durante el trayecto.

La solidaridad venezolana no estuvo ausente. Una empanadita para los periodistas, «porque con su trabajo no pueden perder tiempo buscando un sitio para comer».

También los motorizados prestos a socorrer a los necesitados. Wilmer Rodríguez, un ex escolta de Antonio Ledezma, hoy desempleado, fue el guía de la jornada. «Estamos pasando por Santa Fe, la entrada a Las Mercedes, el distribuidor Altamira». La parada fue en la torre Exa, en la avenida Francisco de Miranda, unos 12 kilómetros después del punto de partida en La Trinidad. «Es simbólico que se haga en este sitio, desde donde se llevaron preso a Ledezma, una buena persona».

En el punto de concentración la dificultad para caminar fue la norma. La gente se aglomeró de tal manera que era prácticamente imposible transitar por el lugar.

Se calcula que más de un millón de personas se dieron cita para conmemorar este 23 de enero, exigir la salida de Nicolás Maduro a quien calificaron de usurpador, pedir un gobierno de transición y exigir elecciones libres.

 

Las intervenciones comenzaron con el movimiento estudiantil, la representación de los trabajadores, gremios, líderes políticos y hasta disidentes chavistas.

¡Y se juramentó!

Todos los presentes esperaban ansiosos las palabras del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. Lo antecedieron en el uso de la palabra Juan Pablo Guanipa, electo gobernador del Zulia y destituido por la Asamblea Nacional Constituyente, ante la cual decidió no juramentarse.

Con esta intervención comenzó la sesión de la AN. Stalin González y Edgar Zambrano ahondaron en detalles sobre las razones por las cuales el parlamento ha tomado las últimas decisiones. Pero fue Juan Guaidó quien dio la sorpresa.

Llegó al podio abrazando la bandera y con un llamado a luchar con firmeza por los cambios que necesita el país, pero sin violencia. Pidió impulsar la unión y sumar voluntades, agradeció la presencia de los disidentes chavistas. A los militares les pidió que se pongan del lado de la Constitución.

De pronto ocurrió: «Hoy 23 de Enero de 2019, en mi condición de presidente de la Asamblea Nacional, invocando los artículos de la Constitución Bolivariana de Venezuela, sobre la que se basa toda nuestra actuación, ante Dios todopoderoso, Venezuela y los diputados, juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo nacional como el presidente encargado de Venezuela, para lograr el cese de la usurpación,un gobierno de transición y tener elecciones libres. Si así lo hiciere que Dios y la patria lo premien, sino que lo condenen»

Pero no juró solo. «Ahora, hermanos venezolanos. Sabemos que esto no es algo de una persona, sabemos que esto va a tener consecuencias, sabemos lo que es necesario para poder mantenernos en las calles de Venezuela hasta lograr la democracia»

Guaidó no va a permitir que se desinfle este gran movimiento de esperanza y fuerza nacional. «Para lograr este cometido y restablecer la vigencia de la Constitución, le pido a cada venezolano que levante su mano derecha y que juremos todos juntos como hermanos, como venezolanos, como hombres y mujeres que no descansaremos hasta lograr la libertad, la felicidad de nuestra gente».

Repitan este juramento: Yo venezolano y venezolana juro ante Dios y mis hermanos venezolanos, respaldar la lucha del cese de la usurpación y asumir responsabilidad bajo el artículo 333 y 350 de nuestra Constitución para lograr el respaldo de la Fuerza Armada Nacional y de la comunidad internacional, hasta lograr plenamente restablecer el artículo 233 y toda nuestra Constitución. Juro también asumir el compromiso de la no violencia con convicción y con firmeza. Quedan juramentados para restablecer esta constitución y acompañar al parlamento a lograr el cambio de Venezuela».

La euforia se apoderó del lugar. Era una algarabía contagiosa que derivó en un masivo respaldo al nuevo presidente de Venezuela encargado. Risas, llanto, abrazos y hasta oraciones acompañaron el juramento prestado segundos antes.

El acto culminó con el Himno Nacional. La entonación se hacía con fuerza, con sentimiento y mucho compromiso.

En sentido contrario

De regreso a sus hogares, los ahora juramentados volvieron a llenar las principales avenidas de Caracas. Hasta La Trinidad, un río de gente llenó nuevamente la Autopista Prados del Este en sus más de 12 kilómetros.

En el camino muchos eran los análisis. «Ahora si estamos enrumbados», «ya tenemos piso legal». Otros festejaban el reconocimiento que Trump había hecho de la condición de presidente encargado de la República de Juan Guaidó y las advertencias del vicepresidente Mike Pence, quien aseguró que por el bien de los intereses vitales de su país y por el bien del pueblo de Venezuela, EE.UU. no se mantendrá al margen mientras Venezuela se desmorona

El reconocimiento a Guaidó como presidente encargado por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), Argentina, Brasil, Colombia, el grupo de Lima, Canadá, Puerto Rico, entre muchos otros países, fue celebrado por los presentes.

Los apoyos a Maduro por parte de Rusia, Bolivia y México fueron motivo de burlas y críticas en los pocos comentarios que al respecto se hacían. «Recuperamos la esperanza», decían los caminantes, ajenos a lo que acontecía al otro lado de la ciudad, donde las fuerzas policiales reprimían a algunos de los manifestantes que acababan de juramentarse en la plaza Juan Pablo Segundo.

 




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