La violencia en el sur es uno de los mayores escollos del progresista Gabriel Boric. Foto: EFE

Una mujer y su hija, menor de edad, resultaron heridas en la madrugada de este viernes tras un supuesto ataque a un retén policial en la región del Biobío, al sur, donde existe un enquistado conflicto territorial entre grupos radicales de indígenas, grandes forestales y el Estado.

La madre, de 37 años, y la hija, se encontraban en su casa, en la localidad de Tirúa -700 kilómetros al sur de Santiago-, cuando fueron impactadas por los perdigones de un grupo de personas que trataba de disparar al retén, según relataron medios locales.

Ambas fueron derivadas a un recinto de salud y están fuera de riesgo vital.

Condenamos enérgicamente estos nuevos y gravísimos hechos de violencia registrados en Tirúa y exigimos la reposición del Estado de Derecho, tuiteó la Gobernación del Biobío.

Durante la noche del jueves, también fue incendiado un hotel, sin dejar heridos, y fue atacada una subcomisaría de la misma localidad.

Conflictivo sur de Chile

Un grupo de 50 personas asaltó la oficina para intentar rescatar a dos personas que habían sido detenidas por porte de armas, según sostuvo a medios locales el general Juan Pablo Caneo, jefe de la octava zona del cuerpo de Carabineros en Biobío.

En La Araucanía, el Biobío y otras regiones del sur existe hace décadas el llamado «conflicto mapuche», una disputa territorial que enfrenta al Estado, con algunas comunidades mapuche y empresas agrícolas y forestales de grandes grupos económicos que explotan tierras consideradas ancestrales por los indígenas.

En este contexto, son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios, tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas.

La violencia en el sur es uno de los mayores escollos del progresista Gabriel Boric, que la semana pasada anunció su intención de encontrar una fórmula para desplegar a las Fuerzas Armadas en la zona para proteger la infraestructura pública, una medida que ha sido fuertemente criticada por la propia izquierda y grupos de indígenas.

Durante meses y cuando era parte de la oposición, Boric se había mostrado reacio al «estado de excepción constitucional» que promovió su predecesor, el conservador Sebastián Piñera, para desplegar a militares en el sur y encarar la violencia.




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