Reclusos hacinados en cárceles del país. (Foto Referencial)

La Organización No Gubernamental Una Ventana a la Libertad logró determinar que las condiciones de salud de los privados de libertad que se encuentran en los centros de detención preventiva del Distrito Capital y los estados Vargas, Miranda, Nueva Esparta y Zulia se deteriora acelerada e irreversiblemente.

A través de sus más recientes informes, la organización reveló que, dado el nivel de hacinamiento y el deterioro estructural de estos lugares, los casos de enfermedades infecto-contagiosas, como tuberculosis y paludismo, se han disparado de manera alarmante.

“Los centros de detención preventiva son lugares que no cuentan con espacios adecuados, baños, agua potable, presupuesto para alimentación, consultorios médicos, ni transporte, por lo tanto el hacinamiento hace estragos y acelera las enfermedades virales e infectocontagiosas”, explicó Carlos Nieto Palma, Coordinador general de UVL, reseña La Patilla.

La organización analizó, además, el impacto que ha causado en la salud de los internos el estado de alarma y la medida de cuarentena que se decretó a consecuencia de la Pandemia del coronavirus: aumento de casos de desnutrición severa e imposibilidad de realizar operativos médicos que permitan diagnosticar y tratar casos de VIH/SIDA, tuberculosis, malaria, escabiosis, paludismo y otras enfermedades infecto-contagiosas y virales.

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