UNICEF. (AFP)

La región del Caribe debe evitar que los 357.000 niños de la región afectados por los últimos huracanes se conviertan en «los invisibles de la historia», según declaraciones de María Perceva. Añadió que se requieren 9,5 millones de dólares para atender sus necesidades más urgentes.

«Son demasiadas cosas las que pasan en el mundo, pero le pedimos a la comunidad internacional que nos ayude a evitar que estos niños se conviertan en los invisibles de la historia», indicó la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para Latinoamérica y el Caribe, María Cristina Perceva.

En lo que va de temporada, ya se han formado ocho huracanes en el Atlántico, cinco de los cuales han alcanzado la categoría más alta en la escala Saffir-Simpson (Harvey, María, Irma, Lee y José), algo que no ocurría desde 2005.

Irma y María se cebaron especialmente el pasado septiembre con las islas del Caribe y provocaron decenas de muertos y una estela de destrucción a su paso: casas derribadas, carreteras arrasadas y redes eléctricas y de comunicación inoperantes.

«Hoy en día una noticia tapa a la otra, pero es importante que no nos olvidemos del impacto devastador que han tenido los huracanes en la zona del Caribe, especialmente en las islas del este», insistió.

Perceva dijo también que no cree que haya fatiga o indiferencia entre los donantes, porque la solidaridad es muy grande. Pero sí reconoció que han coincidido demasiadas tragedias que requieren la ayuda inmediata de la comunidad internacional, como la crisis de los refugiados en Europa, los conflictos en África o el éxodo de los rohinyá.

La región del Caribe no está exenta de estos desastres, ya que se ve afectada por el 80 % de todos los eventos naturales relacionados con cambio climático.

Dominica fue posiblemente, según la especialista, la isla más devastada por el paso de los huracanes y requiere más del 60 % de los fondos que está recaudando la agencia de la ONU.

Solo María, que azotó la isla el 18 de septiembre, provocó en esta pequeña isla una treintena de muertes y obligó a abandonar sus hogares a cerca 65.000 personas, de los cuales 20.000 eran niños.

«La geomorfología de Dominica es muy complicada. No es fácil llegar a las comunidades más afectadas, se necesitan helicópteros y vehículos 4×4. Estos países no están equipados con todo lo que se necesita para distribuir ayuda humanitaria», reconoció la directora regional del organismo.

Los 9,5 millones de dólares que pide Unicef se usarán para proporcionarle a estos niños agua potable, alimentos, educación temporal y atención psicológica, pero también para asegurar que no sufran ningún tipo de agresión en los refugios habilitados por los distintos organismos internacionales.

«Es importante enfatizar en la prevención para que esta tendencia a la violencia, sobre todo hacia la niñas, no se convierta en una situación repetida tras los desastres», añadió.

De hecho, la oficina que dirige Perceva está documentando y trabajando en varios informes sobre posibles agresiones sexuales a niñas desplazadas tras el paso de los huracanes.

«Es importante que los adultos nos miremos al espejo y nos preguntemos que más podemos hacer para que en este mundo atravesado de violencia, odio y discriminación se puedan construir puentes de dignidad, de respeto, de tolerancia y de protección a los niños, y que esto no sea solo una retórica vacía», instó la directora regional de Unicef para Latinoamérica y el Caribe. 

ONU: Recuperación por huracanes tardará décadas

El director general para América Latina del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Miguel Barreto, estimó que los países afectados por los huracanes en el Caribe tardarán al menos varias décadas en recuperar su desarrollo, y subrayó la necesidad de cooperación de la comunidad internacional.

«El impacto de un huracán en un estado isla genera espacios muy largos de recuperación porque las actividades principales destinadas al turismo van a estar limitadas por un tiempo, y las actividades agrícolas de subsistencia nacional también«, dijo Barreto.

Barreto añadió que «el tiempo de un país en recuperarse dependerá de la capacidad de financiamiento y de implementación de los programas, pero genera sin duda una hipoteca a medio y largo plazo porque depende no sólo de ellos sino de la financiación que reciban».

El director mostró su preocupación ante la ola inusual de huracanes de categoría 5 cuando «la temporada aún no ha concluido y el pico ha sido generalmente el mes de octubre» y destacó la relación entre estos desastres y el cambio climático.

«Evidentemente el exceso de estos huracanes se debe al calentamiento de las aguas, y esto tiene una vinculación directa con el cambio climático», concluyó.




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