Los familiares de los presos que murieron en la tragedia de la Comandancia Policial del Estado Carabobo, solo los vieron cuando fueron a reconocer sus cuerpos, ya que las urnas las entregaron selladas. Así los velaron.
En el Cementerio Municipal de Valencia se realizaron los entierros entre el jueves y viernes. Allí estaba dispuesto que se abrieran 32 fosas para las innumaciones, ya que el resto de los fallecidos, iban a ser enterrados en los cementerios de los municipios donde tenían fijada su residencia.
Cerca del mediodía de este viernes llevaron el cadáver de Carlos Sánchez. Su madre Irma Viloria, familiares y amigos estaban desconsolados porque este mismo día estaría cumpliendo sus 25 años. No habría celebración como tenían programado, sino duelo por lo que le ocurrió al joven.
Luz Marina Díaz, abuela de José Alberto Rivero de 25 años, ya no lloraba mientras enterraba a su nieto. Estaba rabiosa contra el Gobierno Nacional por lo que lanzaba improperios en su contra.
La anciana decía en voz alta “A Maduro ya no le basta con matarnos de hambre, sino que también nos está matando de esta forma”. También expresó su descontento porque las urnas que les entregaron eran de mala calidad.
Según dijo, la de su nieto tuvo que ser reforzada con unos cartones para que el cuerpo no se saliera cuando la levantaran. Aseguró que en la funeraria unos policías le dijeron el jueves que tenía que ir directamente al cementerio, pero ella se lo llevó para su casa en el Central Tacarigua y lo veló.
Johana Moreno también se quejó porque el ataúd con el cuerpo de su hermano Giovanni Moreno, se lo entregaron sellado. Lloraba mientras aseguraba que el joven estaba preso porque supuestamente un policía le sembró una droga.
Personal del campo santo estaba exhausto, ya que estos últimos dos días han tenido trabajo de sobra. Todos los muertos de la tragedia de la comandancia policial fueron destinados para la manzana 35, que es la que está bien arriba pegada del cerro.
A algunos los entierran por separado, pero otros en grupos de tres por fosas. Unos 25 hombres se han encargado de abrir las fosas.