Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) desarrolló en ratones una vacuna contra múltiples tipos de cáncer a partir de células madre pluripotentes inducidas inactivadas (iPS), según un estudio publicado hoy en la revista especializada Cell Stem Cell.
Este tipo de células demostró una fuerte respuesta inmune contra los cánceres de mama, pulmón y piel en ratones y también previno recaídas en roedores con tumores que habían sido eliminados, explicaron los científicos.
"Lo que más nos sorprendió fue la efectividad de la vacuna a partir de iPS en la reactivación del sistema inmunitario para atacar el cáncer", apuntó Joseph Wu, del Instituto Cardiovascular de Stanford.
Para el autor principal, este enfoque puede tener potencial clínico para prevenir la recurrencia del tumor o para atacar las metástasis a distancia.
Wu y sus colegas descubrieron que una gran cantidad de los antígenos presentes en las células iPS también están presentes en las células cancerosas.
Después de este hallazgo, 75 ratones recibieron versiones de la vacuna iPS creada a partir de células madre inactivadas por irradiación.
En cuatro semanas, el 70 % de los ratones vacunados rechazaron completamente las células de cáncer de mama recién introducidas, mientras que el 30 % restante tuvo tumores significativamente más pequeños.
La efectividad de esta vacuna también se validó para los cánceres de pulmón y piel.
Para ser eficaces, las vacunas contra el cáncer deben introducir uno o más antígenos en el cuerpo que activen las células T, que son parte del sistema inmunitario, o produzcan anticuerpos capaces de reconocer y unirse a los antígenos de las superficies de las células cancerosas.
Uno de los mayores desafíos para las inmunoterapias contra el cáncer es la cantidad limitada de antígenos que se pueden presentar al sistema inmunitario en un momento dado.
El estudio de Stanford utiliza las propias células de un animal para crear una vacuna contra el cáncer basada en iPS que se dirige simultáneamente a múltiples antígenos tumorales.
El uso de iPS completos elimina la necesidad de identificar el antígeno más óptimo para atacar en un tipo particular de cáncer.
"Presentamos el sistema inmune con un mayor número de antígenos tumorales de los que se encuentran en iPS, lo que hace que nuestro enfoque sea menos susceptible a la evasión inmune por las células cancerosas", argumentó Wu.
Los investigadores también combinaron iPS con un refuerzo de inmunidad, un fragmento de ADN bacteriano llamado CpG que se ha considerado seguro en ensayos en humanos.
En el futuro, la piel o las células sanguíneas de un paciente pueden reprogramarse en iPS y administrarse como una vacuna contra el cáncer o como un refuerzo de seguimiento después de la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia, auguraron los científicos.