La vacunación contra el Covid-19 en las prisiones venezolanas, una atención a cuenta gotas por parte del régimen de Maduro. reseña la ONG Una Ventana a la LIbertad.

Una trabajo especial realizado por esta Organización No Gubernamental demuestra las dificultades de los presos en Venezuela, donde el porcentaje de los vacunados contra el coronavirus es muy por debajo de 5% a nivel nacional.

Según el gobierno de Nicolás Maduro el 40% de los venezolanos han sido vacunados contra la COVID-19, cifra que se desmorona al consultar los números de la Organización Panamericana de la Salud que da cuenta que la cifra de inmunizados en el país, no supera el 14,88%.

Largas filas, aglomeración, discriminación a través de mecanismos como el carnet de la patria marcaron el inicio del proceso de vacunación en Venezuela. La postal en centros habilitados para tal fin sigue siendo el caos por el retraso para la administración de las segundas dosis donde el pasado 20 de septiembre una fotografía se hizo viral. Cuando luego de permanecer muchas horas en cola un adulto mayor murió frente al Hotel Alba Caracas sin lograr ponerse la segunda dosis de la vacuna rusa.

Desde el 16 de marzo de 2020 cuando fue decretado el confinamiento, en Venezuela hablar de la COVID-19 es una constante incertidumbre, agravamiento de la crisis hospitalaria, muerte de médicos y trabajadores de la salud y falta de transparencia en la información vinculada a las vacunas.

Si para un ciudadano en libertad ponerse una vacuna es una constante carrera de obstáculos, para un preso es aún peor. Estar tras las rejas es sinónimo de olvido y de ausencia de políticas de prevención contra el coronavirus y demás enfermedades infecto-contagiosas.

Centros de detención preventiva

La corrupción en centros de detención preventiva también se asumió por parte del presidente de la comisión de política interior del Parlamento de Maduro, Pedro Carreño donde reveló la cifra de presos en comisarías. Se trata de unos 38.736 hombres y mujeres que permanecen privados de libertad en condiciones infrahumanas y sin acceso a la salud.

Los especialistas opinan que es el peor de los escenarios para los detenidos, que con el pasar de los días no tienen garantías de acceder al derecho humano de ser vacunados.

A pesar que la mayoría no están vacunados contra el coronavirus y no haber sido sometidos a prueba alguna el pasado 7 de septiembre fueron puestos en libertad 259 hombres y mujeres que se encontraban en el centro de arrestos y detenciones de Cabimas, en el estado Zulia.

Hoy todos están en la calle sin saber cual es su verdadero estado de salud, es decir, siguen igual de desatendidos y olvidados como los que dejaron en prisión.

 




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